La vida creadora del poeta Pedro García Cabrera (1905-1981) se extendió a lo largo de medio siglo: desde sus años juveniles, cuando escribió su libro vanguardista Líquenes (1928), hasta los años ya finales de su existencia, cuando publicó su importante antología A la mar fui por naranjas (1980). Esos cincuenta años fueron muy agitados y tuvieron su fase de crisis más aguda durante la Guerra Civil española de 1936-1939 y la II Guerra Mundial de 1939-1945: una crisis tan honda y extensa que dio paso a una nueva época histórica. García Cabrera vivió los cambios de una a otra época y participó de ellos, y por eso mismo su obra literaria está integrada por dos fases: una anterior y otra posterior a la Guerra Civil. Con su constante dedicación a la poesía, García Cabrera pudo completar su ciclo de creación, y, así, su obra refleja las distintas etapas históricas y estéticas recorridas a lo largo de su existencia: es la obra del juvenil poeta neopopularista y surrealista, pero es también la obra del poeta de la esperanza, del poeta del testimonio moral y también del poeta del mar.