miércoles, 23 de enero de 2019

La desaparición de Stephanie Mailer

      El joven escritor ginebrino Joël Dicker (1985) es ya un autor consagrado en la narrativa de intriga y una apuesta editorial segura para quienes publican sus obras. Por ello, Alfaguara anuncia con optimismo el advenimiento de cada nueva novela de este escritor, ya que sabe que será otro éxito comercial.
       En junio de 2018 apareció la cuarta novela de Dicker, La desaparición de Stephanie Mailer, que, como las anteriores, ha tenido gran éxito tanto de ventas como de crítica. No obstante ¿es merecido tal éxito o es consecuencia de una acertada campaña de promoción?
      En España conocimos a Dicker gracias a la publicación en 2012 de La verdad sobre el caso Harry Quebert, la segunda novela que había escrito, de la que se vendieron más de tres millones de ejemplares; tal fue su éxito que en 2018 Jean-Jacques Annaud dirigió una serie de diez episodios basada en ella, aunque sin el ritmo ni la intriga, a mi juicio, de la versión impresa. En 2014 se editó en nuestro país la opera prima de Dicker, Los últimos días de nuestros padres, con la que había ganado en 2010 el Premio de los Escritores Ginebrinos, pero que carece de la intensidad de la otra. Por último, en 2016 el autor repitió protagonista (Marcus Goldman) en El libro de los Baltimore, obra que ya reseñamos en nuestro blog y que puedes leer aquí.
      En La desaparición de Stephanie Mailer una periodista cuestiona el desenlace de la investigación de un crimen múltiple acaecido veinte años atrás, el día en que se inauguraba el primer festival de teatro de Orphea. La desaparición de esta joven hace dudar a los policías que llevaron el caso en 1994 y los anima a buscarla y revisar los hechos pretéritos. Sin embargo, cuanto más hurgan en el pasado, más dudas y contradicciones surgen, a la vez que aparecen nuevos sospechosos relacionados tanto con los acontecimientos de hace veinte años, como con los actuales.
      Siguiendo el estilo que ya lo caracteriza, Dicker nos envuelve de nuevo en una novela policíaca en la que cada capítulo nos hace descubrir una nueva pista que provoca giros inesperados en la trama. 
     Como suele ser habitual en él, inicia el relato con un capítulo introductorio o prólogo en el que sitúa los acontecimientos acaecidos en 1994 y despierta expectativas, para luego dividir la obra en tres partes ("En la sima", "Hacia la superficie" y "Elevación") que, a su vez, se fraccionan en capítulos que van goteando lentamente los hechos.
      También repite con el punto de vista narrativo, pues la historia es relatada desde la perspectiva de varios personajes, por lo que se trata de narradores internos que solo pueden contar lo que saben, viven o suponen, pero a los que se les escapan determinadas verdades que irán desentrañando al mismo ritmo que los lectores.
      No acaban aquí las coincidencias estilísticas con las otras novelas de Dicker, como ahora veremos. El autor ubica la trama en un espacio conocido ya por sus lectores más fieles, los Hamptons, en el estado de Nueva York, donde ya seguimos sus pasos con anterioridad. Con respecto al tiempo, el autor no emplea una sola línea temporal, sino que, a través de las voces de sus personajes, da continuos saltos en el tiempo entre el presente (2014) y veinte años atrás, cuando se produjo el cuádruple asesinato.
     Quizá la mayor novedad resida en los personajes, pues todos ellos son presentados por primera vez. Los protagonistas en este caso serán dos policías estatales (Jesse Rosenberg y Dereck Scott), quienes resolvieron el cuestionado crimen de 1994, y la subjefa de la policía de Orphea Anna Kanner. Además de ellos, son tan numerosos los seres que pueblan esta historia que el autor, apiadándose de los lectores con poca memoria, incluye al final del libro una "Lista de personajes principales" para que nadie pierda el hilo de quién es quién.
      En este tipo de obras nada es lo que parece a primera vista, se cuentan verdades a medias, se ocultan detalles o se callan voces para que el lector tenga que hacer el esfuerzo de ir uniendo piezas de un puzle que se desgrana a medida que avanzan los capítulos. Abundan los falsos indicios, los senderos abiertos a veces acaban en nada y solo uno conduce a la resolución del conflicto.
     Realmente Joël Dicker no sorprende ni innova con esta última novela, pues, como hemos comentado, reproduce el esquema narrativo que lo ha hecho triunfar. No obstante, hay que reconocer que estructura la trama con acierto, que sabe crear la expectativa y conducir al lector y que logra que este desee continuar la lectura hasta el punto final hasta desenredar la madeja que al inicio estaba tan liada.
      Considero que La desaparición de Stephanie Mailer es una buena novela de intriga que mejora las dos publicadas inmediatamente antes (El libro de los Baltimore y Los últimos días de nuestros padres), pero que no logra superar esa primera obra de Dicker que ha quedado grabada en la memoria de tantos lectores, La verdad sobre el caso Harry Quebert.


     

4 comentarios:

  1. Me gusta. Me dan ganas de leer a este escritor que d escon

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Espero que también le gusten las novelas de Dicker.

      Eliminar
  2. Me fascinan este tipo de novelas, policíacas de intriga.
    No conocía al autor.
    Tú reseña es fantástica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Conchi. Te recomiendo sobre todo La verdad sobre el caso Harry Quebert.

      Eliminar