El pasado 21 de febrero de 2019 el Gobierno de Canarias dedicó el Día de las Letras Canarias al escritor tinerfeño Agustín Espinosa, uno de los máximos representantes de las vanguardias canarias, especialmente del Surrealismo, cuyo mayor exponente es su novela Crimen.
Agustín Espinosa nació el 23 de marzo de 1897 en Puerto de la Cruz, Tenerife. Estudió bachillerato en un internado en La Laguna entre 1911 y 1917. Este último año, además de publicar un poema modernista ("Noche de polichinelas") en la revista Castalia, se desplazó a la Universidad de Granada para cursar Filosofía y Letras. En esta cuidad conoció a Federico García Lorca y se enamoró de María Ana, mujer cuya sombra se proyecta en distintos textos del poeta canario, como "Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930", "El mar" o como personaje de su obra más representativa, Crimen.
Posteriormente, se trasladó a Madrid para continuar con su labor académica. Allí se incorporó al Centro de Estudios Históricos en cuyas tertulias entabló conversaciones con Pedro Salinas, Dámaso Alonso o Ernesto Giménez Caballero, quienes, junto a otros intelectuales, lo contagiaron del entusiasmo por las vanguardias que se desarrollaba esos años.
En 1924, tras leer su tesis doctoral sobre Clavijo y Fajardo, regresó a Tenerife como ayudante de la cátedra de de Lengua y Literatura de la Universidad de La Laguna y empezó a recopilar romances insulares.
A partir de entonces, Espinosa compaginó su labor docente con sus inquietudes literarias. Entró en contacto con un grupo de jóvenes con los que compartía inquietudes artísticas y con los que desarrolló diversos proyectos, como la creación de revistas literarias, publicaciones de obras y exposiciones. Asimismo, colaboró con diversas publicaciones, como La Gaceta Literaria, Heraldo de Madrid, La Prensa o La Tarde.
En 1928, tras obtener la cátedra de Historia de la Literatura Española comparada con la extranjera del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Mahón, es destinado al Instituto Local de Segunda Enseñanza de Arrecife, Lanzarote, isla que le servirá de inspiración para escribir su novela de experimentación creacionista Lancelot, 28º-7º, que se publicaría al año siguiente.
Su viaje a París en 1930 amplió los horizontes literarios de Espinosa, quien se contagió definitivamente de la estética surrealista que vemos reflejada en su mejor obra, Crimen. Agustín continuó viajando y en 1932 se casó con Josefina Boisier, quien le dio pie a escribir Diario espectral de un recién casado, a imitación de lo que hiciera Juan Ramón Jiménez.
A finales de 1934 sale a la luz Crimen (con portada del pintor tinerfeño Óscar Domínguez), obra de carácter surrealista que rompe los límites sociales establecidos, por lo que será denunciada por escandalosa al Ministerio de Instrucción Pública y atacada por los sectores moralistas más conservadores de Tenerife y Gran Canaria. Quienes hayan leído Crimen podrán entender el efecto que pudo provocar este libro en una época y una sociedad que no estaban preparadas para recibirlo. Se trata de una serie e pequeños relatos o historias que tienen como denominador crímenes perpetrados por distintos seres ("un cable eléctrico, un jazminero, una hoja Gillete, una cuna, un pene de 63 años, etc"). Todos ellos se dibujan en un ambiente onírico y rompedor con la realidad que puede llegar incluso a repugnar.
En 1932 se fundó la revista literaria Gaceta de Arte, cuya publicación mensual no se detuvo hasta 1936. Dirigida por Eduardo Westerdhal, en ella colaboraron Agustín Espinosa, Pedro García Cabrera, Emeterio Gutiérrez Albelo y Domingo López Torres. La revista a través de sus publicaciones anunciaba el vínculo del grupo de
escritores tinerfeño a la estética surrealista. Esta adhesión se produjo
definitivamente en mayo de 1935, cuando André Breton y Benjamin Péret llegaron
a Tenerife para presentar la Exposición Surrealista Internacional en el Ateneo
de Santa Cruz, acto organizado por el grupo de Gaceta de Arte en colaboración con el pintor canario asentado en
París, Óscar Domínguez. De este encuentro nace Nº 2 del Bulletin
International du Surréalism, en el que se incluye un Manifiesto Surrealista firmado
tanto por los surrealistas franceses como por los miembros del grupo tinerfeño.
Al estallar la Guerra Civil en 1936, la denominada "facción española surrealista tinerfeña" debe suspender sus actividades y sus miembros son depurados. Agustín Espinosa, pese a ser apolítico, es condenado por el carácter inmoral y escandaloso de Crimen, y destituido de su cátedra, además de ser quemados públicamente muchos ejemplares del libro prohibido, que no se volvería a reeditar hasta 1974. El escritor se ve forzado a adherirse a la causa nacional para evitar ser ejecutado, como se hizo con Domingo López Torres y tantos otros. En 1938 recupera su cátedra y es enviado a La Palma; sin embargo, debido a su precaria salud se ve obligado a regresar a Tenerife. El 28 de enero de 1939 falleció Agustín Espinosa en Los Realejos al no poder superar la operación a la que había sido sometido.
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