Novia mía: He llegado sin novedad. El viaje, como todo lo que no sea tú, ha sido aburridísimo para mí, Josefina. Pero ya he llegado a Madrid, que me esperaba con un frío en la cabeza y en el cuerpo que me hacía temblar como si me diera miedo. ¡Cuánto he pensado en ti, desde el momento en que te dejé en nuestro pueblo, sola y monda sin mí! Te he recordado en todo el tiempo que ha durado el viaje, unas veces viéndote, otras mirándome a mí fijamente, otras enfadada por una palabra, un gesto, una mirada que no eran del agrado de la pureza tuya. Novia mía, nenica, guapa, guapa.
He tenido suerte; apenas he llegado, he encontrado domicilio en la casa en que se hospeda Paco Díe, mi amigo el pintor. Aquí me tienes ya, deseando tenerte delante, ahí, en la escalera de tu cuartel, en lo mejor de mis ojos, hasta no sé qué día. Supongo que será pronto. Yo haré porque así sea.
Perdona, Josefinica, si no ves muy clara mi letra. Es que es tarde, van a recoger correo, y no va a llegar, si me entretengo, mañana domingo la carta.
Ya te escribiré más largo. Corro ahora a echar la carta al buzón que se tragará mis palabras escritas para devolverlas en tu mano, y te pido que escribas en seguida.
Adiós, Josefina. Hasta la tuya. Con un apretón de manos y mi cariño tuyo
MIGUEL.
La dirección es: Calle de los Caños 6, Madrid.
Adiós
Carta de Miguel Hernández a Josefina Manresa
Miguel Hernández. Obra completa II. Correspondencia, Espasa Clásicos (2010)
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