Hoy es un día
especial en México. También para mi familia, pues. Mi mamá ha ido a recoger las
flores de cempasúchitl bien temprano para escoger las más vistosas. La
abuelita, que cocina requetebién, está en los fogones preparando pan de muertos
y calaveritas de azúcar; va a hacer una de chocolate y le va a poner mi nombre
porque sabe que es la que saboreo más. Mi hermanito Juan José recorta figuras
en el papel de China, así mismito como yo lo enseñé. Y mi papá está tomando tragos
de mezcal mientras aguarda.
martes, 7 de noviembre de 2017
domingo, 5 de noviembre de 2017
Olvidarte no puedo
Aterricé
en el Aeropuerto Internacional Ciudad de México una mañana de julio con
una sola maleta y la cabeza llena de ilusiones. No se trataba de un viaje
de turismo, sino de trabajo. Al terminar la carrera, había decidido hacer mi
tesis doctoral sobre las escritoras españolas exiliadas en el país azteca a
consecuencia de la Guerra Civil y, tras muchas solicitudes y papeleo, había
obtenido una beca para investigar allí durante seis meses con ayuda de la
universidad local.
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