martes, 19 de febrero de 2019

Mi nombre es Macbeth

     El pasado viernes 25 de enero Troysteatro*, bajo la dirección de Adeun Cáceres, estrenó en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna Mi nombre es Macbeth, una adaptación libre de la tragedia del dramaturgo británico Willliam Shakespeare, que fuera representada por primera vez allá por 1606.
      La obra original se basa en la vida de un personaje histórico, Macbeth, rey de los escoceses entre 1040 y 1057, quien alcanzó el trono tras asesinar al rey Duncan animado a ello por una profecía emitida por tres brujas e instigado por su esposa, Lady Macbeth. A partir de ese momento, los remordimientos y el miedo harán mella en ambos, debilitando su carácter hasta llevarlos a la locura y la desesperación. El destino se encargará de hacer justicia y cumplir la engañosa profecía inicial que confundió a Macbeth.
     Troysteatro mantiene el marco general de la obra shakespeariana y la esencia y el mensaje de esta: el daño psicológico provocado por la ambición y la traición del protagonista. No obstante, actualiza la trama y la adapta al presente, pues los temas tratados son clásicos y universales, sin que el hilo original se resienta.
     La acción se inicia desde antes de que esta empiece; es decir, mientras el público fluye hacia sus butacas, los actores recorren el escenario simulando ser dementes recluidos en un centro psiquiátrico. Los gestos de cada uno de ellos, sus movimientos y gritos muestran qué papel llevarán a cabo en la trama principal.
     La obra se desarrolla en un solo acto cuya continuidad se logra por una sucesión de escenas delimitadas por efectos lumínicos o silencios, ya que el escenario carece de decorados que distraigan la atención del espectador. Por ello, los gestos, las acciones y, sobre todo, la palabra de cada uno de los personajes mantendrán atento al auditorio en cada momento, puesto que todo lo que sucede en el escenario cobra sentido por su economía y claridad.
     El vestuario es también bastante parco; los actores, quienes visten pantalón deportivo y sudadera negros, recorren descalzos el entarimado. Tan solo algunas notas de color, como las telas de lana roja escocesas, destacan en la oscuridad escénica cuya función es trasmitir la negrura espiritual que rodea a los personajes.
     Con tan solo cinco actores (Adeún Cáceres, en el papel de Macbeth), Leonor Cifuentes (Lady Macbeth), José David Santos (Macduff), David Abréu (Lenox) y Leandro Pérez (Banquo) cubrirán la amalgama de personajes que llena la tragedia, por lo que cada uno de ellos realiza otros papeles en distintas escenas sin que ello confunda al público, pues están muy marcadas las acciones de cada cual. 
     Pese a todo, o precisamente por ello, la obra mantiene al espectador atado a su butaca, expectante ante unos hechos que, aunque conozca previamente, quiere reconocer en ese presente insinuado por Troysteatro.
    Otro aspecto positivo a destacar es la buena dicción de los actores, quienes hacen llegar su mensaje con claridad para que no se pierda ni una sola palabra del desarrollo argumental, aunque el tono de voz alcance el murmullo o se eleve.
      Quizá una diferencia que pueda sorprender al espectador conocedor de la obra es cómo se produce la muerte de Lady Macbeth. En la obra de Shakespeare, la esposa del protagonista, desquiciada por la culpa y los remordimientos, acaba con su propia vida; sin embargo, en esta adaptación el final del personaje será distinto, aunque elaborado con acierto.
     Cuando se anuncia una nueva versión o adaptación de una obra clásica suelo temblar, pues la libertad a la hora de manipular el texto base es tan amplia, que puede surgir de ello cualquier resultado. No obstante, he de señalar que, a mi juicio, Troysteatro ha sabido extraer la esencia de la tragedia shakespeariana para realizar una nueva obra que en nada desmerece a la original. Felicito por ello tanto a su director como a los actores, y les deseo todos los parabienes para tan atinado montaje.

* Troysteatro nació en 1981 en la Universidad de La Laguna gracias al ánimo de un grupo de alumnos y profesores de esta institución. En sus inicios se autodenominaron Panteralia, pero en 1990 cambiaron su nombre por Troysteatro. Actualmente trabajan de manera profesional llevando sus montajes por todas las islas Canarias, a la vez que participan en festivales nacionales e internacionales. Entre otros reconocimientos, en 2017 obtuvieron el premio a la mejor obra con Ellas (Las Hijas), una adaptación de los cuentos de Anton Chejov, en la segunda edición del Festival Nacional de Teatro Universitario, donde además se alzaron con tres premios más (mejor vestuario, mejores actores y mejores actrices).

 

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