viernes, 21 de febrero de 2020

Día de las Letras Canarias 2020: Josefina de la Torre

El Día de las Letras Canarias 2020 se dedicó a Josefina de la Torre, una de las personalidades artísticas más relevante del panorama hispano y, a su vez, una de las más desconocidas. Poetisa, actriz, cantante, dobladora de cine, guionista…, su currículum resulta lo suficientemente heterogéneo para los acercamientos tradicionales de las historias de la literatura. Si, además, tenemos en cuenta que es mujer y que su obra poética ha tenido una difusión minoritaria, queda en parte explicado ese desconocimiento que comentábamos antes.
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1907 dentro de una de las familias más inquietas del panorama intelectual y artístico de la isla. Desde pequeña estuvo en contacto con dos de sus grandes pasiones: el arte dramático y la música. Su hermano, el dramaturgo y escritor Claudio de la Torre, desarrollaba sesiones de teatro en la casa familiar de Las Canteras donde se representaban, especialmente en verano, obras de autores modernos. Josefina dio sus primeros pasos en la interpretación en este Teatro Mínimo. También comienza su formación como intérprete instrumental y canto. La culminación de estos estudios la lleva a Madrid. Allí, en la Residencia de Estudiantes, traba conocimiento con la vanguardia artística, especialmente con los poetas que conoceremos como Generación del 27 (de hecho, figura en la antología preparada por Gerardo Diego, Poesía española contemporánea, que sirvió de piedra fundacional del grupo).
Su relación con el cine es a través de su hermano, Claudio, que era en aquellos años el encargado de adaptar los guiones y el doblaje de las producciones de la Paramount. La voz de Josefina será la que doble la de Marlene Dietrich, entre otras.
La Guerra Civil lleva a los hermanos de la Torre nuevamente a Gran Canaria. Para afrontar las calamidades económicas, Josefina participa en un proyecto editorial de su hermano, La Novela Ideal, y escribe relatos de intriga amorosa con el seudónimo “Laura de Cominges”.  Acabada la guerra vuelve a Madrid como primera actriz del Teatro Nacional María Guerrero. Su dedicación al teatro y al cine la convierte en una de las actrices más destacadas de la escena nacional y le permite montar su propia compañía y colaborar con las más prestigiosas de la época (los Merlo o la de Nuria Espert). Los últimos años están marcados por su dedicación a proyectos televisivos como Estudio 1 (versiones para televisión de obras teatrales) o la exitosa serie Anillos de oro.
La obra poética de Josefina de la Torre está marcada por un doble vínculo: el primero es la tradición modernista insular (especialmente Saulo Torón) que aparece reflejada en su gusto por la sensorialidad del mundo natural. El segundo, los logros de la vanguardia en la que maduró su voz, tales como la articulación expresiva de lo popular o la reflexión en el poema de la relación entre la  materialidad verbal y  la experiencia vital.
Su primer libro, Versos y estampas (1927), lo prologa Pedro Salinas, quien destaca la importante presencia de lo insular en sus poemas y la denomina "muchacha-isla". En 1930 publica Poemas de la isla, a la que le seguirá Marzo incompleto (editado en 1968, aunque la crítica sitúa su elaboración en los años treinta) y, finalmente, Medida del tiempo, publicado en 1989.
Las características más destacables de su poesía (atendemos aquí a lo dicho por Dolores Campos-Herrero y Marianela Navarro Santos) son: la importancia de la memoria (especialmente la infancia y la adolescencia en la isla), el valor de lo sensorial, un imaginario de lo femenino diverso (desde la maternidad frustrada a la sensualidad), el tono confesional a veces calificado de postromántico, la reinvención del mundo (su recuperación nostálgica) a través de los objetos cotidianos o el paisaje, la sencillez y transparencia en su dicción poética y el uso del versolibrismo.

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