El 5 de junio de 1898 nació en Fuentevaqueros, Granada, Federico García Lorca.
El pequeño Federico creció en una familia acomodada en la que se valoraba la cultura, lo que facilitó que en 1915 iniciara estudios de Filosofía y Letras y Derecho en Granada, ciudad en la que conocería a importantes artistas como Manuel de Falla.
En 1919 (año en el que escribe su primera obra teatral, El maleficio de la mariposa) se trasladó a Madrid y se alojó en la Residencia de Estudiantes, donde coincidió con otros jóvenes con diversas inquietudes artísticas (Salvador Dalí, Luis Buñuel, Maruja Mallo...), además de escritores tanto noveles (Rafael Alberti, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre...) como consagrados (Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado...). Esta concentración de personas interesadas en las artes propició que se sucedieran actos culturales de diversa índole, tanto en la Residencia, como en el Ateneo de Madrid o en cafés y otros lugares de la ciudad.
En 1927, un grupo de estos jóvenes decide trasladarse a Sevilla para conmemorar el tercer centenario de la muerte del olvidado poeta barroco Luis de Góngora, y rescatar así su memoria y su legado literario. A raíz de este acontecimiento, deciden autodenominarse Grupo o Generación del 27.
En 1929, Lorca obtiene una beca de estudios que le permite permanecer en Nueva York a lo largo de un curso. Durante su estancia en esta ciudad sufre una doble crisis estética y personal: presencia los momentos más feroces del desplome de
Wall Street a partir de los que comienza a comprender y rechazar la ascensión
de los fascismos en Europa, observa los estragos de la deshumanización de la
civilización nueva, se estremece con el descubrimiento de aspectos positivos de
la sociedad norteamericana (Harlem y de sus formas culturales negras: el jazz,
el teatro, el cabaret, la convivencia de hombres de razas y culturas diversas y
la libertad personal fuera de viejas convenciones). Por ello, busca nuevos caminos expresivos que
puedan reflejar la inquietante experiencia americana y lo verbaliza en Poeta en Nueva York y en sus dos comedias imposibles: El público y Así que pasen cinco años. Ninguna de las tres obras pudo ser publicada en España en vida del poeta.
En 1930 es invitado a visitar Cuba como
reconocido autor del libro de poemas Romancero
gitano. La Habana le produce una de
las impresiones más gratas de su vida: conoce el teatro cubano de La Alhambra , especializado
en la sátira de situación político-social, y acepta su condición de
homosexual.
De regreso a España, funda
en 1932 La Barraca , grupo teatral universitario
con el que recorre los pueblos de España representando obras clásicas. En 1933
hace un viaje triunfal a Buenos Aires, donde sus dramas obtienen gran
éxito con el estreno de Bodas
de sangre (1933) y de Mariana
Pineda. En 1934, de nuevo
en España, prosigue su trabajo infatigable de poeta, autor dramático y director
escénico: escribe el poema Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías, dedicado a la muerte de su amigo torero; el estreno de Yerma
(1934) produjo clamor popular e
indignación en la derecha menos civilizada (como consecuencia del triunfo de la
coalición de las derechas se suprime la subvención para la Barraca). En 1935 se
estrena Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, en
la que, una vez más, se desarrolla el tema eterno del teatro lorquiano: el
amor frustrado.
El 19 de junio de 1936, Lorca concluye La casa de Bernarda Alba, su
mejor obra, que nunca pudo ver representada. Margarita Xirgu, la actriz
preferida de Lorca, la estrenaría en el exilio, en Buenos Aires, en 1945 (hasta
1965 no se representó en España). La ilusión de Lorca por el montaje y
representación de la primera de sus obras del “teatro imposible”, Así
que pasen cinco años, fue truncada por el estallido de la Guerra civil.
El 13 de julio, día del
asesinato de Calvo Sotelo, Lorca sale para Granada. El 18 estalla la guerra, y
Granada, a partir del 20, queda en manos de los sublevados. Al amanecer del 16
de agosto fusilan a Manuel Fernández Montesinos, cuñado de Lorca y alcalde de
Granada. El día 19 de agosto, en los primeros momentos de la guerra civil, matan al poeta en Víznar (Granada) en circunstancias que hoy no parecen totalmente
desveladas.
Magnífico recuerdo, Erminda. Muy bien escrito, además.
ResponderEliminar¡Gracias, Miguel!
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