Se toma en serio su trabajo y siempre entrena a
conciencia. Corre cuando el míster lo manda, realiza los ejercicios técnicos
con precisión, practica las jugadas hasta que salen perfectas y no deja de
chutar hasta que el portero dice basta. Todos comentan que está en forma, que es
rápido y que maneja el balón como si hubiese nacido con él. Su esfuerzo le ha
costado, piensa. Y mucho, mucho sacrificio.
Es joven, y como a la mayoría de gente
de su edad, le gusta salir y divertirse; eso sí, durante el periodo de
competición no se va de juerga a quemar la noche como hacen otros. Algunos
dicen que es demasiado serio; otros, que es un aburrido. Él simplemente considera
que hay que cumplir con el contrato y darlo todo por el equipo y la afición.
Las empresas de publicidad le hacen
golosas ofertas que a veces acepta, pues, al fin y al cabo, esto es un negocio
y de él debe vivir mientras dure. Su cuerpo, labrado a cincel en el gimnasio,
despierta pasiones y hace que las ventas suban cada vez que anuncia un
producto. Es
guapo, para qué negarlo. De vez en cuando su cara aparece en la portada de la
prensa amarilla acompañado de alguna mujer espectacular que sonríe a su lado.
La fama tiene ese precio.
Pese a todo ese mundo de flashes, su
vida es el fútbol. Desde niño soñaba con ser un gran jugador como Pelé,
Maradona o Zidane. Su tesón y fuerza de voluntad, además de sus buenas
condiciones físicas, lo han llevado por el camino adecuado hasta alcanzar su
objetivo: ser un grande.
Juega en un equipo de primera
división que participa en competiciones internacionales. Además, forma parte de
la selección de su país y es admirado por pequeños y mayores que querrían ocupar
su puesto. Sin embargo, a veces él preferiría estar en otro lugar y ser un
auténtico desconocido.
Esta noche ha conectado la radio
como suele hacer antes de dormir. Cuando la oscuridad se adueña del mundo se
siente solo y las ondas son su única compañía. Busca en el dial hasta dar con
un programa que lo atrae. Escucha en silencio la voz dulce de la
presentadora desgranando palabra a palabra el tema de debate, complicado asunto
del que nadie se atreve a hablar habitualmente. Intervienen algunos oyentes
criticando que se cuestione eso, que son tonterías de progres y de gente que no
tiene otra cosa en que pensar.
Por un momento se plantea coger el
teléfono y marcar. ¿Y si llamase al programa y dijese la verdad? ¿Y si afirmara
que el fútbol no es un deporte de machos rudos como muchos se empeñan en sostener?
¿Y si se desmarcara, se adelantase y se atreviera a confesar que él, que es un jugador admirado a quienes los
niños emulan, es homosexual?
© Erminda Pérez Gil
#historiasdefútbol
Me gusta la forma en que has desarrollado el tema!
ResponderEliminar¡Gracias!
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