Yevgueni Zamiatin (1884-1937) fue un ingeniero naval y escritor ruso de piezas teatrales relatos y novela. Era amante de la libertad creadora, lo que le acarreó conflictos con los dos regímenes políticos con los que convivió. En 1905 y 1911 sufrió prisión y exilio por apoyar las ideas bolcheviques, a la vez que su primera novela, En medio de la nada, de corte antimilitarista escrita a raíz de la Gran Guerra, fue censurada por el zarismo. Tras la Revolución de Octubre, será el régimen comunista quien prohíba y purgue sus textos, como sucede con Nosotros, por lo que en 1931 solicitará mediante una carta su salida de Rusia:
«Ruego que se me autorice a marchar al extranjero con el derecho a regresar tan pronto como en nuestro país sea posible servir a las grandes ideas con la literatura sin la obligación de arrastrarse ante según qué hombrecillos».
Pese a todo, no dejará de escribir y publicar, aunque sus obras sean depuradas y prohibidas en su país. Tras una temporada en Praga, en 1932 se traslada a París, donde fallece en 1937.
Hacia 1920, tras observar la deriva de la revolución bolchevique, empieza a escribir una novela que concluirá en 1921, aunque sin haber fijado un título.
Zamiatin ubica la historia en un futuro hipotético (siglo XXVI) en el que los individuos han renunciado a la libertad en favor de la felicidad. Cada año, los habitantes del Estado Unido reeligen en una votación popular al Benefactor, líder que proporciona seguridad a una sociedad separada del mundo salvaje a través del Muro Verde tras un pasado hostil de doscientos años de guerra. Los hombres y mujeres carecen de nombre y son denominados por una combinación de letra y números, todos visten el mismo «unifo» y viven en edificios de cristal para no ocultar nada a los Guardianes. Las relaciones sexuales están controladas por el Estado, así como la procreación (el Estado selecciona las mujeres aptas para ser madres) y los bebés pasan a ser posesión gubernamental.
El relato está narrado en primera persona a modo de diario. El protagonista es D-503, un ingeniero que diseñó y construye la primera INTEGRAL, una nave considerada la hazaña más gloriosa del Estado Único. Afín al régimen y convencido de la tranquilidad de una vida ordenada por normas fijas, su vida se desestabiliza cuando conoce a I-330, una rebelde que lo lleva a comprobar qué hay más allá del Muro Verde. La pasión por esa mujer lo empuja a romper con los límites establecidos y le provoca una angustia que acaba son su felicidad. El Estado no puede permitir la disidencia que acarrearía el fin de la felicidad común y toma medidas para proteger a la sociedad de la imaginación y la fantasía.
Al margen de la calidad literaria de esta obra, no pocas veces cuestionada, Nosotros es el primer ejemplo de distopía. En ella se plantea una sociedad alienada por un poder autoritario que controla todos los aspectos de la vida y que niega la individualidad como principio vital en favor del bien común, propio de los regímenes totalitarios.
Pese a señalar un futuro y espacio hipotéticos, fue censurada y prohibida su edición en Rusia. Sin embargo, el manuscrito llegó al Reino Unido y fue publicado de manera incompleta en 1924 bajo el título Nosotros, pese a que Zamiatin no había asignado título a su texto. En 1927, sin permiso del autor ni del editor, la obra fue publicada por entregas en una revista de exiliados rusos en Praga, lo que le granjeó problemas con las autoridades rusas. Sin embargo, no sería hasta su publicación en francés en 1929 cuando Nosotros se convirtió en un fenómeno literario mundial. Paradójicamente, no fue editada en ruso hasta 1988.
Las ediciones en castellano son varias: Akal (2009), Cátedra (2011) o Hermida editores. La más reciente es la de Salamandra, con traducción de Marta Rebón, de 2023.
No son pocas las influencias de esta distopía en otros autores del género, como Aldous Huxley o George Orwell, quienes manifestaron su admiración por la obra y reconocieron la deuda literaria que tenían con esta novela precursora.
Ursula K. Le Guin y Margaret Atwood son admiradoras también de Zamiatin. Esta última escribió: «Nosotros era una advertencia para sus coetáneos, una advertencia de la que nadie hizo caso porque nadie pudo oírla: los "funcionarios diligentes y fiables" y la censura se encargaron de ello. [...] ¿Es también una advertencia para nosotros, para el presente? Y si lo es, ¿de qué clase de advertencia se trata? ¿Estamos dispuestos a escuchar?».
El cine también se ha hecho eco de la novela en dos ocasiones: en 1982 se estrenó una versión alemana bajo el título Wir dirigida por Vojtech Jasný, mientras que en 2016 fue adaptada en francés por Alan B como The Glass Fortress.
En 1921, Yevgueni Zamiatin escribió «Tengo miedo», una reflexión sobre su presente y el futuro en la que denuncia el culto a la personalidad que alcanzará su apogeo con Stalin:
«La verdadera literatura tan solo tiene lugar cuando es creación, no de unos funcionarios dóciles y diligentes, sino de locos y anacoretas, de herejes y soñadores, de rebeldes y escépticos [...]. Tengo miedo de que no habrá entre nosotros verdadera literatura mientras no nos curemos de esa especie de nuevo catolicismo que recela, no menos que el antiguo, de cualquier palabra herética. Y si la enfermedad es incurable, tengo miedo de que a la literatura rusa solo le quede un futuro: su pasado».
Tal vez ese futuro hipotético esté más cerca de lo que creemos y lo que era una distopía se esté convirtiendo en realidad.

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