jueves, 18 de agosto de 2016

Muerte de un poeta

     El 13 de julio de 1936, día del asesinato de Calvo Sotelo, Federico García Lorca abandona Madrid para dirigirse a Granada debido a la inestabilidad política que se vive en el país.
    Las embajadas de Colombia y México, que temían por la vida del poeta, le habían ofrecido ayuda para que se exiliara de España; sin embargo, él declinó su oferta para estar cerca de su familia en Huerta de San Vicente, a donde llega el 14 de julio. El 18 estalla la guerra, y Granada, a partir del 20, cae en manos de los sublevados, quienes arrestan al alcalde de la ciudad y cuñado de Lorca, Manuel Fernández Montesinos. 
     El 9 de agosto Federico se refugia en la casa granadina de su amigo el poeta Luis Rosales, donde creían que pasaría desapercibido, ya que esta familia estaba vinculada al movimiento falangista. Al amanecer del 16 de agosto es fusilado Manuel Fernández Montesinos. Ese mismo día, la Guardia Civil detiene a Lorca en la vivienda en la que se ocultaba tras haber sido denunciado por Ramón Ruiz Alonso, exdiputado de la CEDA. Según el historiador Ian Gibson, el poeta es acusado de "ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual". Es trasladado al Gobierno Civil y de ahí al pueblo de Víznar, donde permanecerá recluido durante su última noche con otros detenidos.
     Durante la madrugada del 18 de agosto de 1936, Federico García Lorca es fusilado en el camino de Víznar a Alfácar junto a un maestro nacional y dos banderilleros anarquistas. Todos ellos fueron enterrados en una fosa común que aún hoy no ha podido ser localizada.
    En 2015 se hizo público un informe policial, fechado el 9 de julio de 1965 y ocultado por la dictadura, en el que se le acusaba de socialista, amigo de Fernando de los Ríos, y «masón, perteneciente a la logia “Alhambra”, en la que adoptó el nombre simbólico de “Homero”», además de atribuirle «prácticas de homosexualismo y aberración».  En el informe también se señala que el detenido habría sido condenado tras haber confesado, aunque no se aclara qué confesó.
     Tras la detención del poeta, se escucharon muchas voces de denuncia y protesta tanto dentro como fuera de las fronteras españolas, aunque nada pudieron hacer por salvar la vida del granadino ni recuperar su cadáver.



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