jueves, 24 de noviembre de 2016

Amada Amanda

El 24 de noviembre de 2014 se quebró la vida de la dulce Amanda.
No amanece la mañana
que se queda congelada,
una vida abandonada 
se vierte sobre la grava.
En el asfalto frío
yace joven un cuerpo inerte
cubierto de blanca tela
anónima duerme la muerte.
Un rastro de silencio mudo
llora lágrimas de agua.
Ni un grito, ni un lamento
te despiertan de la nada.
Trozos de vida esparcidos
anuncian tu muerte violenta,
prematura ausencia de risas
en sellados labios violeta.
Tu voz resuena en mi oído,
tus ojos miran con calma
un mundo ya sin colores
y sin ti, amada Amanda.

© Erminda Pérez Gil, 2014

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