martes, 27 de diciembre de 2016

El virus de la Cervantina

     Cervantes, muerto hace ya cuatrocientos años, se eternizó a través de su inmortal Quijote. Esta novela, que sentó las bases de la narrativa moderna, se halla en boca de muchos, aunque no ha sido leída por todos los que se atreven a mentarla y presumen de conocerla.
      No obstante, de la pluma del genial escritor nacieron otras obras que se vieron eclipsadas por el éxito quijotesco y que son menos conocidos por el común de los mortales. Miguel adoraba el teatro, por lo que compuso una tragedia, ocho comedias y otros tantos entremeses; sin embargo, su coincidencia en el tiempo con el fénix Lope de Vega no permitió que obtuviera el éxito que anhelaba en el mundo de la farándula. Lo mismo sucedió con su poesía, que no llegó a alcanzar su cenit. En narrativa, escribió dos novelas más (La Galatea, en 1585; y Los trabajos de Persiles y Sigismunda, cuyo prólogo redactó cuatro días antes de fallecer), Viaje del Parnaso (obra narrativa en verso publicada en 1614), además de sus doce Novelas ejemplares, publicadas en 1613.
     La compañía de teatro Ron Lalá, que triunfó en 2015 con En un lugar del Quijote, inició a principios de 2016 una epidemia que ha contagiado los teatros de distintas ciudades españolas con un acierto y un triunfo sin duda merecidos. Han sabido inocular en un público ávido de disfrutar de su espectáculo la fiebre por conocer los textos menores de don Miguel. Como ellos mismos cantan, "No hay vacuna ni aspirina que cure la Cervantina". Y es que han combinado a la perfección textos originales del autor con el ritmo alegre y desenfadado de su música y sus canciones. Para ello se han valido tanto de algunas de sus Novelas ejemplares ("El celoso extremeño",  "La gitanilla", "Rinconete y Cortadillo", "El coloquio de los perros", "El licenciado Vidriera"), como de entremeses ("El retablo de las maravillas", "El viejo celoso"), y fragmentos de otras obras como La GalateaPersiles y Sigismunda, Viaje del Parnaso y El hospital de los podridos.
       Los que hemos podido asistir a su representación comprobamos cuán fugaz es el paso del tiempo, pues las casi dos horas que dura el espectáculo se transforman en un instante de deleite en el que queda patente la actualidad que aun hoy tienen las palabras de Cervantes. Los cinco actores que conducen la trama representan diversos papeles, se caracterizan de manera jocosa sin necesidad de apoyarse en decorados suntuosos, interactúan con un público entregado, tocan instrumentos, declaman, cantan y bailan, e incluso a veces comparten sus risas de manera espontánea en un espectáculo redondo titulado Cervantina, que nadie que quiera conocer al verdadero Miguel de Cervantes se debería perder.



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