Hay novelas que pasan ante nuestros ojos y se evaporan en cuanto, a su fin, cerramos la tapa trasera. Sin embargo, otras se adueñan del lector, marcan sus tiempos, se apegan a sus protagonistas y dejan una huella indeleble en la memoria. Estas formarán parte para siempre de nuestra lista de lecturas inolvidables. Pero no nos conformaremos con ellas, querremos más historias con los mismos personajes o de los mismos autores, de quienes esperamos ansiosos nuevas páginas que leer.
Esto es lo que les sucedió a muchos lectores con Los amores perdidos (reseña), la primera novela que publicara el escritor tinerfeño Miguel de León en 2016 de la mano de Plaza & Janés. Tras el éxito de su opera prima han transcurrido siete largos años para quienes aguardábamos su nueva incursión en el mundo editorial. Y esta, por fin, ha llegado llena de almas que no defraudarán a sus incondicionales.
El próximo viernes 23 de junio sale a la venta Almas en el páramo, una historia que no guarda relación con las vivencias de los Quíner y El Terrero, aunque su hermosa portada nos traiga reminiscencias de la anterior.
En este páramo insular poblado de almas se entrecruzan relatos y personajes que entran y salen del escenario común como actores en un teatro. Elisario Calante (estamos habituados a la curiosa elección de nombres que de León emplea) es sin duda el protagonista de esta novela. Su azarosa vida está preñada de altibajos que lo moldean y trasforman desde su niñez y que determinarán su carácter. Un sinfín de almas conviven con él en estas páginas. Amores, desamores, luchas, frustraciones, amistades, conflictos, aceptaciones y renuncias se suceden en una trama que no sigue un orden cronológico para que el lector descubra a pequeños sorbos por qué se ha forjado así la personalidad de Elisario y cuál ha sido su devenir.
Al margen de todos los demás, el autor nos sorprende con un personaje que no habla, pero que resulta importante en la trama y que hará, sin duda, las delicias de sus lectores. Lobo es un fiel amigo que acompañará a Elisario durante un periodo de sus andanzas y despertará en nosotros un gran afecto. Todos querremos contar con un Lobo en nuestras vidas.
Diversas tramas se enlazan en una historia común, aunque en apariencia puedan parecer marginales. Miguel vuelve a incluir relatos intercalados que nutren la trama principal y la cargan de sentido. Todo tiene un porqué; nada es gratuito en la narrativa de este autor que trenza como pocos múltiples vidas en un espacio narrativo común que no defrauda.
Pero esta novela no solo es una sucesión de acontecimientos que embriagan al lector. Es, además, una reflexión sobre las relaciones entre los seres y el conflicto entre el Bien y el Mal que planea en la literatura desde los primeros hermanos, Caín y Abel. ¿Qué mueve a los individuos a dejarse arrastrar por el Mal? ¿Qué nos impulsa a hacer el Bien pese a todo? El Bien ha caído en desuso en favor de un Mal que ha tomado la delantera en nuestros días como una falsa demostración de fuerza e inteligencia. Es el momento de que las almas se alcen en el páramo y se planteen el valor de su propia existencia.
Quienes hemos tenido el privilegio de leer la novela antes de su publicación, aguardamos con ilusión su salida al mercado para poder compartir con otros lectores sus impresiones. Les auguramos, sin duda, unos ratos inolvidables con las aventuras y desventuras de Elisario Calante. Y a Miguel de León le deseamos el mayor de los éxitos en esta nueva andadura literaria, pues solo los valientes se atreven a avanzar. Demos la bienvenida a Almas en el páramo.
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