miércoles, 8 de abril de 2020

Moby Dick

     «Call me Ishmael», traducido al español como «Llamadme Ismael» o «Pueden ustedes llamarme Ismael», es el conocido inicio de una de las novelas más importantes de la literatura norteamericana del siglo XIX: Moby Dick, publicada en 1851 por Herman Melville (Nueva York, 1819-1891).

      El autor tardó un año y medio en escribir una obra a la que pensaba dedicar tan solo unos meses, pues convirtió una relato de aventuras en todo un tratado sobre las ballenas y su caza. La novela apareció primero en tres volúmenes en Gran Bretaña y un mes después se editó en un solo ejemplar en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de las expectativas de Melville, la obra resultó un auténtico fracaso de público y de crítica y no fue considerada una obra maestra hasta principios del siglo XX, cuando su autor ya había fallecido.
     El joven Ismael decide embarcarse en un barco ballenero junto a Queequeg, un arponero polinesio al que acaba de conocer. Ambos se enrolan en el Pequod, un barco que parte del puerto de Nantucket, y cuya tripulación está compuesta por hombres de distintas nacionalidades. Su capitán, llamado Ahab, es un hombre extraño y autoritario que está obsesionado con capturar un enorme cachalote blanco que le cercenó una pierna en su anterior viaje.
      El libro presenta distintos niveles de lectura. Por una parte está la historia marco en la que se narra  la travesía de Pequod  y la obsesión del capitán Ahab por cazar a Moby Dick. Por otro lado, la novela está aderezada de otros contenidos marginales. El autor aprovecha, de manera similar a como hizo Cervantes en el Quijote, para introducir relatos intercalados, es decir, se cuentas las aventuras de otras naves u otros personajes distintos a través de las conversaciones de los marineros o de los diversos barcos con los que se encuentran durante su recorrido a lo largo del mundo. Además, el autor empleará numerosos capítulos para describir el arte de la caza de ballenas y los útiles empleados para ello. Asimismo, la historia se convierte en una excusa para que el escritor vierta tanto sus conocimientos científicos como literarios sobre las ballenas, por lo que rellenará numerosas páginas con detalles pormenorizados sobre los distintos tipos de ballenas que existen según su tamaño, su estructura, su piel, su cabeza, su cola, su forma de respirar... 
      El texto presenta un narrador en primera persona, ya que es el propio Ismael quien relata los hechos. No obstante, el autor cambia de perspectiva en numerosas ocasiones al emplear un narrador en tercera persona para distanciarse de los hechos e incluso meterse en la cabeza y los pensamientos de sus personajes. 
      A pesar de ser Ismael quien relata los hechos no es el protagonista. Podría pensarse que en tal caso el personaje principal es el capitán Ahab, pues su obsesión es la que arrastra a toda la tripulación al trágico final, o, en tal caso, ese cachalote blanco al que persiguen por todos los mares del mundo y que da título a la novela. El resto de personajes son un cúmulo de hombres de mar de personalidades y caracteres distintos entre los que surgirán fricciones a lo largo de la travesía.
      La historia se inicia cuando Ismael llega a Nueva Bedford, donde conoce a Queequod, y de ahí pasan al puerto de Nantucket, donde se embarcan en el Pequod. El resto del relato acontece en el barco que parte por el Atlantico hacia el sur hasta el Río de la Plata, de allí torna hacia el Cabo de Buena Esperanza, cruza el Índico hacia el Mar de la China, se introduce en la zona ballenera de Japón y termina su viaje en el océano Pacífico.
     Moby Dick no solo está basado en experiencias vividas por el propio autor, sino que se inspira en dos sucesos reales: el hundimiento del barco ballenero Essex, de Nantucket, en 1820 tras ser atacado por un cachalote; y la historia del cachalote albino que rondaba una isla chilena en 1839 y que escapó a numerosos ataques de arponeros.
      Aunque Moby Dick sea considerada un clásico de la literatura, hay quienes piensan que se trata de una obra aburrida. Sin embargo, estoy en desacuerdo con esa última afirmación pues en las aventuras vividas en el Pequod veo reminiscencias de la Odisea y ese viaje inacabable por el Mediterráneo.
      Al leer la novela se observa la admiración de Melville por las ballenas y su mundo, quien escribe una auténtica oda a los balénidos. Creo que estaba, como Ahab, obsesionado con este cetáceo, al que denomina no pocas veces "monstruo" o "leviatán", pero no para matar uno en concreto, sino para conocer al mínimo detalle la especie; por eso lo describe de forma tan pormenorizada en el libro, casi como si de un tratado de biología se tratase.
     Por otra parte, Melville hace continuas alusiones a la historia bíblica de Jonás y la ballena que lo engulló, intentando dar respuesta y justificar la leyenda religiosa.
     Tal vez lo que más choque de esta obra en el presente es que alguien que muestra tanto interés por un ser vivo disfrute describiendo su caza. De hecho, defiende esta práctica frente a los que ya enunciaban en su época la posible extinción  de la misma en el capítulo CV:

      Pero como por cada cachalote se cazan casi cincuenta ballenas de hueso, algún filósofo del castillo de proa ha concluido que esta matanza ha diezmado muy seriamente las huestes de ballenas. Pero aunque de un tiempo a esta parte solamente los americanos han matado cada año un respetable números de esas ballenas —no menos de 13.000— en las aguas del noroeste, otros detalles dignos de consideración  niegan todo valor a este argumento en nuestra contra.

      Quizá Melville nunca pensó que el animal más grande que poblaba los mares, y por el que sentía tanta devoción, pudiese desaparecer algún día bajo el acoso de miles de arpones humanos. Pero tal vez, gracias a la adoración que mostró por ellas en su libro, haya contribuido a que el mundo se rinda ante la belleza imponente de las ballenas.

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