En Reino Unido nacieron dos Elizabeth Taylor con veinte años de diferencia. La primera, en Reading en 1912; la segunda, en Hampstead en 1932. En realidad, al nacer no hubo coincidencia, la primera fue registrada como Dorothy Betty Coles, pero, como detestaba su nombre, logró que, antes de que la segunda abriera los ojos, la llamaran Elizabeth. El apellido varió tras su matrimonio, pues casó con Kendall Taylor. Nada hubiese pasado si ella, tras trabajar como institutriz y bibliotecaria, no se hubiera convertido en escritora y si la pequeña nacida en Hampstead no hubiese llegado a ser una de las actrices más conocidas de Hollywood.