viernes, 21 de octubre de 2016

El peso de un lustro

     El 21 de octubre de 2011 falleció mi padre. Su recuerdo sigue vivo en nuestros corazones.

El hielo de tu ausencia el tiempo quiebra
en un puñado triste de polvo ajado,
dejando una sombra de amor alado
removido por el aire que lo enhebra.

¿Acaso los años secan la hiedra
que rauda cubrió el muro elevado
por los oscuros caminos del pasado
hasta ocultar la vida que allí medra?

Sin ti los años caen deshojados
en un oscuro hueco que nada llena,
ni con risas nuevas ni besos dados.

En las frías noches de luna plena
duermen mis recuerdos bien arropados
con tu dulce alma alegrando mi pena.

© Erminda Pérez Gil, 2016

1 comentario:

  1. ¡Bello y entrañable poema ¡Con lo difícil que es la poesía! gracia erminada


    ResponderEliminar