martes, 1 de agosto de 2023

La mujer justa

     La mujer justa es una obra del húngaro Sándor Márai (1900-1989), prolífico autor conocido sobre todo por su novela El último encuentro. Pese a que nació y paso la primera mitad de su vida en su país natal, en 1948 se vio obligado a abandonar Hungría a consecuencia de la ocupación soviética y las presiones del régimen comunista. Tras pasar por Suiza e Italia, en 1952 se afincó en estados Unidos, donde falleció.
    Fue la suya una extensa carrera que se inició en 1918 y que no terminaría con su muerte, ya que tras su deceso, salieron a la luz varias obras póstumas. Entre sus textos encontramos novelas, relatos, ensayos, reflexiones, teatro, poesía..., cualquier forma expresiva literaria era válida para mostrar sus ideas y creaciones.
    En 1941 publicó La mujer justa (Az igazi en su lengua materna). En esta primer versión, la novela contaba con solo las dos primeras partes; sin embargo, durante su exilio en Italia, Márai redacta la tercera parte, que fue añadida a la edición alemana de 1949. La editorial Salamandra publicó en castellano en 2005 la versión completa de la novela.
    El título hace referencia a la mujer adecuada, a la más conveniente, de ahí lo de usar el adjetivo «justa». Es una trama narrada con un estilo original que llama la atención del lector. Dividida en tres partes, la historia es relatada por tres voces distintas en primera persona que relatarán los hechos según su versión de los mismos.
    En la primera parte, una mujer se encuentra en un café con una amiga y ve a un hombre que despierta recuerdos en su mente y en su corazón. Mediante un monólogo con alusiones al narratario que se encuentra con ella, la narradora cuenta qué vínculo guarda con ese hombre que la sobresalta y qué sucedió entre ellos. La otra, mientras la escucha, hace comentarios o preguntas que conocemos gracias a las respuestas o las reacciones de su interlocutora.
    En la segunda parte el procedimiento será el mismo, aunque en este caso se encarnará en una voz masculina que relata a un amigo quién es una mujer a la que ven del brazo de un señor y qué historia la une a ella. Entre copa y copa de vino, desgrana las alegrías y pesares vividos con esa llamativa dama, además de ofrecer sus reflexiones sobre la vida y las relaciones personales.
    La tercera parte, que sigue la dinámica de los anteriores, es protagonizado por una mujer que, tras observar una foto, le cuenta a su amante quién es el hombre del retrato y qué vivencias compartió con él.
    Como hemos dicho, las tres partes se construyen como diálogos en los que solo conocemos la voz del personaje que domina ese fragmento, pues los otros interlocutores, aunque intervengan, nunca se escuchan sus palabras, salvo que los narradores les repliquen o cuestionen.
    Con las tres intervenciones se cierra un círculo, se completa una historia que cada parte ofrecía parcial o fragmentaria, ya que cada narrador, carente de objetividad, relataba los hechos según los había vivido o sufrido, por lo que al concluir los tres relatos unimos las piezas del puzle que forma un triángulo amoroso que del que formaron parte los narradores.
    La maestría de Sándor Márai se muestra en una obra que reconstruye una historia de amor y desamor con tres versiones distintas, pero complementarias, de los mismos hechos. No cabe duda de que es una novela atractiva, no solo por su argumento, sino por su estructura. Márai ofrece así una reflexión sobre las relaciones, el amor, la mistad, los celos, el sexo, la soledad, la venganza y el despecho que mueven a los personajes, y por ende a las personas, a actuar de una manera u otra en sus vínculos. 
    Léela, curioso lector, te gustará.


    

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