lunes, 23 de diciembre de 2019

El Señor de los anillos

      Mucho se ha escrito sobre El Señor de los anillos y las otras obras que componen las fantasías épicas de J. R. R. Tolkien, quien logró crear un universo literario en el que conviven hombres, enanos, elfos, hobbits y otras criaturas que embriagan tanto a niños como a adultos.

      El Señor de los anillos fue concebida por Tolkien como una continuación de su anterior novela  El Hobbit (1937), cuyo protagonista es Bilbo Bolsón. Sin embargo, esta segunda obra, escrita entre 1937 y 1949, alcanzó mayor extensión y fue publicada en Reino Unido entre 1954 y 1955 en tres partes: La comunidad del anillo, Las dos torres El retorno del Rey y dos libros de apéndices. A pesar de ello, Tolkien no consideraba que su obra fuese una trilogía, sino una sola historia que, por motivos editoriales, hubo que fragmentar.
      La comunidad del anillo (libros I y II) se inicia con el 111º aniversario de Bilbo Bolsón, el famoso hobbit de la Comarca que narró sus aventuras en un libro. Pocos saben, no obstante, que es el poseedor del anillo único, que, según explica el mago Gandalf, debe ser destruido para evitar que el malvado Sauron domine la tierra. Bilbo desaparece la noche de su fiesta de cumpleaños y deja como heredero de su hacienda y de su deber a su sobrino Frodo Bolsón, quien veinte años después se ve obligado a emprender un largo viaje acompañado por su fiel Sam Ganyi y sus amigos Pippin y Merry. Su misión será llevar el anillo mágico hasta Mordor para su destrucción. Durante el trayecto viven numerosas aventuras y conocen a nuevos personajes que los ayudarán a alcanzar su objetivo: Aragorn (Trancos), Boromir, Gimli el enano y Legolas, un príncipe de los elfos y el propio Gandalf. Además recibirán la ayuda de numerosos seres que les harán la misión menos tortuosa. Por contra, se verán perseguidos y atacados por los servidores de Sauron (los nazgûl, Saruman, los ejércitos de orcos y otros seres). Al final de esta primera parte, el grupo se separa.
      Las dos torres (libros III y IV) narra varias historias de manera paralela: por un lado las peripecias de Aragorn, Gimli, y Legolas en busca de Pippin y Merry, quienes han sido capturados por los orcos; y por otro, las aventuras de Frodo y Sam, quienes se separaron de grupo sin dar explicaciones al final del libro anterior. Los grupos desconocen qué ha sido de los otros, pero, mientras los primero rescatan a los dos secuestrados, Frodo y Sam solo persiguen alcanzar su objetivo. Los primeros se verán envueltos en cruentas batallas; los dos hobbits intentarán sobrevivir para seguir su camino hasta Mordor. En su viaje se encontrarán en varias ocasiones con Gollum, el antiguo poseedor del anillo que fue engañado por Bilbo y desea recuperar su tesoro a toda costa. En esta parte, los ejércitos de los hombres se unen para luchar contra el enemigo común, Sauron. Pero, a pesar de ganar alguna batalla, las fuerzas del malvado enemigo son más poderosas.
     En El retorno del Rey (libros V y VI) la suerte parece decantarse hacia el lado de Sauron, cuyo poder será invencible si el anillo mágico cae en sus manos. Los hombres librarán la batalla final contra el poderoso enemigo, pero será la destrucción del anillo lo que acabe con la guerra y devuelva la luz y la paz a la tierra. Al final del libro VI se erige el nuevo rey, los hobbits vuelven a la Comarca y deben resolver el desaguisado que se ha formad durante su ausencia y devolver la paz y el esplendor a su tierra.
      El Señor de los anillos es una novela de fantasía épica que refleja el permanente conflicto ente el bien (representado por Galdalf, los hombres, los enanos, los elfos y los hobbits, entre los que también pueden surgir dudas o desavenencias) y el mal (concentrado en Sauron y sus acólitos). El triunfo del bien sobre el mal será el objetivo de esta historia que pretende remontarse a un pasado mítico que dé sentido al presente.
      Si tenemos en cuenta que durante la redacción de la obra se sucedieron los conflictos previos y la Segunda Guerra Mundial, podemos entender que el autor no solo se basó en composiciones previas o en su imaginación para redactar su obra, sino que tuvo como ejemplo los propios acontecimientos que destruían Europa a la par que escribía cada página.
      Muchas son las adaptaciones que se han hecho de la novela, tanto en radio como en teatro o en cine, aunque tal vez la más conocida sea la trilogía de películas de Peter Jackson estrenadas en 2001, 2002 y 2003 y que popularizó aun más si cabe la obra de Tolkien.

      

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