El 30 de junio de 1936 apareció publicada por primera vez en Estados Unidos Lo que el viento se llevó. Más de ochenta años después, los censores de lo políticamente correcto han arremetido contra ella por considerarla una obra racista. La polémica despertada provocó que la película basada en la novela fuese eliminada de alguna plataforma digital, aunque posteriormente se recuperó, pero incluyendo una explicación previa de su contexto histórico, por si cabía alguna duda.
Lo que el viento se llevó, titulada en el original Gone with the wind, es el título de una novela de Margaret Mitchel (1900-1949) cuyo éxito inmediato tras su publicación provocó que fuese adaptada al cine tan solo tres años después en una cinta inolvidable para los amantes del séptimo arte. Es una de las novelas más leídas de la historia de la literatura y un icono de la narrativa norteamericana del siglo XX.
Lo que el viento se llevó, titulada en el original Gone with the wind, es el título de una novela de Margaret Mitchel (1900-1949) cuyo éxito inmediato tras su publicación provocó que fuese adaptada al cine tan solo tres años después en una cinta inolvidable para los amantes del séptimo arte. Es una de las novelas más leídas de la historia de la literatura y un icono de la narrativa norteamericana del siglo XX.
Margaret Mitchel era una periodista nacida en Atlanta que, durante su convalecencia tras romperse un tobillo, escribió el primer manuscrito incompleto de la novela en 1929. En él vertió tanto los conocimientos que había adquirido de la Guerra de Secesión como su propia experiencia y la de sus familiares y conocidos, quienes le relataron sus vivencias durante ese periodo. Sin embargo, ese primer borrador permaneció olvidado hasta que seis años después cayó en manos de un editor que supo valorar el interés que despertaría. Mitchel terminó la redacción de la obra en marzo, y el 30 de junio de 1936 apareció publicada por primera vez en Estados Unidos. Recibió el Premio Pulitzer un año después.
La novela es un drama romántico que mezcla situaciones cómicas o pícaras con momentos de tremendo dramatismo y tragedia. Sobrevuela en todo momento el amor, que afectará a las relaciones entre los personajes y a su concepto de la vida, la patria y el honor. Todo ello constreñido por las convenciones sociales que se imponían en ese momento, y que afectaban, cómo no, a las mujeres y a las personas de raza negra.
La historia, dividida en cinco partes, se inicia en abril de 1861, tan solo unos días antes de que empiece la Guerra de Secesión, y concluye unos años después de concluida esta, aunque no hayan terminado las diferencias entre los habitantes del norte y los del sur. Es evidente entonces que, como cualquier obra narrativa, se ubica en un contexto histórico que posee unos rasgos determinados que marcarán el desarrollo de la trama. Resulta obvio reseñar que la Guerra de Secesión norteamericana surgió por un conflicto entre los estados del norte y los del sur por negarse estos, entre otras cosas, a abolir la esclavitud, ya que se valían de los negros para trabajar sus haciendas de algodón. Sin embargo, la novela deja patente que los habitantes del norte, pese a defender la libertad de los negros, los rechazan y no desean relacionarse con ellos.
La historia comienza con la presentación de la protagonista, Scarlett O'Hara, una jovencita caprichosa de dieciséis años hija de los propietarios de Tara, una rica plantación de Georgia. Aunque Scarlett disfruta con las atenciones de los muchachos ricos del lugar, está enamorada de Ashley Wilkes, quien la rechaza para casarse con su prima Melanie Hamilton. Scarlett, llena de ira, se casará por despecho con el hermano de Melanie, quien muere poco después de iniciarse la guerra. Scarlett se muda a Atlanta para vivir con la hermana y la tía de su difunto esposo y da a luz a su primogénito. La evolución de la guerra irá complicando la vida de estas mujeres, quienes recibirán ayuda de Rhett Butler, un rico hombre de negocios despreciado por muchos por su conducta libertina, pero que está enamorado de Scarlett; ella lo rechaza, pero se aprovecha de su generosidad.
El conflicto surge una y otra vez cuando Ashley Wilkes y Scarlett se encuentran, pues él anima la ilusión de la muchacha a la vez que la rechaza.
Cuando Atlanta cae en manos de los yankees, las mujeres huyen hacia Tara y se ven obligadas a reconstruir la hacienda. Scarlett tiene que tomar las riendas de una familia devastada para lograr que todos lo que la rodean sobrevivan al hambre y la miseria. Para ello tomará decisiones indignas y terribles, como casarse con el prometido de su hermana por dinero para salvar Tara.
De nuevo en Atlanta, Scarlett rompe las convenciones sociales para dedicarse al mundo empresarial; monta dos aserraderos en contra de la opinión de su marido y de la sociedad, que no ve con buenos ojos que una mujer realice labores masculinas. Como siempre, Rhett entrará en su vida para auxiliarla y, cuando muere su segundo marido, la ayuda de nuevo. Tras varios devaneos y disputas, Scarlett acepta casarse con Rhett para disfrutar de su fortuna. Sin embargo, las diferencias entre la pareja no dejan de manifestarse, pues ambos poseen caracteres muy fuertes que chocan con frecuencia. La muerte de su hija Bonnie los separa definitivamente.
La novela concluye con un final abierto que da pie a esperar nuevos acontecimientos en las vidas de sus protagonistas y mantiene la expectativa de una continuación a la obra, aunque esta nunca fue escrita por Margaret Mitchell.
Es indudable el tratamiento racista que reciben los negros en la novela, pues en la época en la que está ambientada vivían como esclavos en las plantaciones sureñas. Y aunque en algunos momentos de la obra se da un trato casi familiar a algunos de ellos, los comentarios sobre su inferioridad intelectual, física o social son constantes. No pocas veces son tachados de vagos, borrachos, tontos e inferiores. No mejora la situación tras la guerra, pues los del norte se aprovechan de ellos para controlar el sur, pero tampoco los tratan como a iguales.
Los personajes principales de la novela son Scarlett O'Hara y Rhett Butler, quienes se mueven en un triángulo amoroso que tiene como tercer vértice a Ashley Wilkes. Los dos primeros son intrépidos, fuertes, amigos de romper las convenciones y que pecan de egoísmo y vanidad, frente al débil Ashley, quien es incapaz de quebrantar los usos tradicionales ni mostrar sus emociones.
Algunos biógrafos de Mitchel afirman que el carácter de Scarlett es un reflejo su autora, quien vivió experiencias sentimentales similares a las de su personaje. La joven O'Hara es caprichosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en satisfacer sus deseos aunque al hacerlo perjudique a otras personas. No le importa lo que piensen los demás, aunque desea la aceptación de los poderosos y necesita ser admirada. Es un personaje que empeora, pues el tiempo y los acontecimientos la convierten en un ser cada vez más despiadado y perverso. No obstante, es capaz de proteger hasta con su vida a las personas a quienes quiere o cree que debe cuidar, eso sí, porque piensa que de todo ello puede sacar un rédito personal. No solo se vale de su ingenio (Scarlet es una joven poco instruida que desprecia el conocimiento y el saber), sino que además utilizará su cuerpo y su belleza para alcanzar sus metas, sean cuales sean.
Creo que Margaret Mitchel consiguió crear uno de los personajes femeninos más complejos de la literatura, pues crea a una mujer que rompe las convenciones de su época sin demasiados miramientos, que no se somete al dictado de la tradición y que se mueve llevada por el instinto de la igualdad. Es una lástima que los guardianes de lo correcto de nuestra época no reconozcan esa exaltación feminista que reivindica Margaret Mitchel en su novela. Tal vez sea porque no la han leído.
La historia comienza con la presentación de la protagonista, Scarlett O'Hara, una jovencita caprichosa de dieciséis años hija de los propietarios de Tara, una rica plantación de Georgia. Aunque Scarlett disfruta con las atenciones de los muchachos ricos del lugar, está enamorada de Ashley Wilkes, quien la rechaza para casarse con su prima Melanie Hamilton. Scarlett, llena de ira, se casará por despecho con el hermano de Melanie, quien muere poco después de iniciarse la guerra. Scarlett se muda a Atlanta para vivir con la hermana y la tía de su difunto esposo y da a luz a su primogénito. La evolución de la guerra irá complicando la vida de estas mujeres, quienes recibirán ayuda de Rhett Butler, un rico hombre de negocios despreciado por muchos por su conducta libertina, pero que está enamorado de Scarlett; ella lo rechaza, pero se aprovecha de su generosidad.
El conflicto surge una y otra vez cuando Ashley Wilkes y Scarlett se encuentran, pues él anima la ilusión de la muchacha a la vez que la rechaza.
Cuando Atlanta cae en manos de los yankees, las mujeres huyen hacia Tara y se ven obligadas a reconstruir la hacienda. Scarlett tiene que tomar las riendas de una familia devastada para lograr que todos lo que la rodean sobrevivan al hambre y la miseria. Para ello tomará decisiones indignas y terribles, como casarse con el prometido de su hermana por dinero para salvar Tara.
De nuevo en Atlanta, Scarlett rompe las convenciones sociales para dedicarse al mundo empresarial; monta dos aserraderos en contra de la opinión de su marido y de la sociedad, que no ve con buenos ojos que una mujer realice labores masculinas. Como siempre, Rhett entrará en su vida para auxiliarla y, cuando muere su segundo marido, la ayuda de nuevo. Tras varios devaneos y disputas, Scarlett acepta casarse con Rhett para disfrutar de su fortuna. Sin embargo, las diferencias entre la pareja no dejan de manifestarse, pues ambos poseen caracteres muy fuertes que chocan con frecuencia. La muerte de su hija Bonnie los separa definitivamente.
La novela concluye con un final abierto que da pie a esperar nuevos acontecimientos en las vidas de sus protagonistas y mantiene la expectativa de una continuación a la obra, aunque esta nunca fue escrita por Margaret Mitchell.
Es indudable el tratamiento racista que reciben los negros en la novela, pues en la época en la que está ambientada vivían como esclavos en las plantaciones sureñas. Y aunque en algunos momentos de la obra se da un trato casi familiar a algunos de ellos, los comentarios sobre su inferioridad intelectual, física o social son constantes. No pocas veces son tachados de vagos, borrachos, tontos e inferiores. No mejora la situación tras la guerra, pues los del norte se aprovechan de ellos para controlar el sur, pero tampoco los tratan como a iguales.
Los personajes principales de la novela son Scarlett O'Hara y Rhett Butler, quienes se mueven en un triángulo amoroso que tiene como tercer vértice a Ashley Wilkes. Los dos primeros son intrépidos, fuertes, amigos de romper las convenciones y que pecan de egoísmo y vanidad, frente al débil Ashley, quien es incapaz de quebrantar los usos tradicionales ni mostrar sus emociones.
Algunos biógrafos de Mitchel afirman que el carácter de Scarlett es un reflejo su autora, quien vivió experiencias sentimentales similares a las de su personaje. La joven O'Hara es caprichosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en satisfacer sus deseos aunque al hacerlo perjudique a otras personas. No le importa lo que piensen los demás, aunque desea la aceptación de los poderosos y necesita ser admirada. Es un personaje que empeora, pues el tiempo y los acontecimientos la convierten en un ser cada vez más despiadado y perverso. No obstante, es capaz de proteger hasta con su vida a las personas a quienes quiere o cree que debe cuidar, eso sí, porque piensa que de todo ello puede sacar un rédito personal. No solo se vale de su ingenio (Scarlet es una joven poco instruida que desprecia el conocimiento y el saber), sino que además utilizará su cuerpo y su belleza para alcanzar sus metas, sean cuales sean.
Creo que Margaret Mitchel consiguió crear uno de los personajes femeninos más complejos de la literatura, pues crea a una mujer que rompe las convenciones de su época sin demasiados miramientos, que no se somete al dictado de la tradición y que se mueve llevada por el instinto de la igualdad. Es una lástima que los guardianes de lo correcto de nuestra época no reconozcan esa exaltación feminista que reivindica Margaret Mitchel en su novela. Tal vez sea porque no la han leído.
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