lunes, 31 de agosto de 2020

En agosto, más Galdós

      El caluroso mes de agosto nos ha dado tiempo a conocer seis obras más de Benito Pérez Galdós. Entre ellas se encuentran dos de sus primeras novelas, una de sus historias más conocidas del ciclo de las contemporáneas y tres Episodios nacionales de la primera serie. Empezamos.
      La sombra es una novela breve que Galdós escribió entre 1866 y 1867, aunque no apareció impresa  por entregas hasta 1870 en la Revista de España y después fue reimpresa en folletines de diversos periódicos. Es un relato corto en el que un joven narrador en primera persona reproduce la historia que le cuenta un anciano médico, don Anselmo, quien perdió el juicio arrastrado por los celos. En ella Galdós se acerca más al Romanticismo onírico y fantástico que al Realismo que genuinamente representará en obras posteriores. El mismo autor disculpa su obra en estos términos: «...en ella hice los primeros pinitos, como suele decirse, en el pícaro arte de novelar. No por buena, que dista mucho de serlo, ni por entretenida, sino por respetable, en razón de su mucha ancianidad, se empeñaron mis amigos en que la publicase en forma de libro».

      El audaz. Historia de un radical de antaño pertenece, como la anterior, al primer ciclo de novelas galdosianas de tesis. Se publicó por primera vez en 1871 en doce números sucesivos de la Revista de España, y ese mismo año apareció refundida en un solo volumen. Los hechos se inician en 1804 en una España inestable dominada por un Godoy odiado por muchos que abrazan las ideas revolucionarias francesas. Aparece reflejado, como sucede en otras obras del autor, el enfrentamiento entre la tradición y las convenciones, representadas por la nobleza anquilosada y el clero, con las nuevas ideas y el liberalismo, puesto en boca de jóvenes entusiastas. El protagonista, Martín Muriel, es un joven de origen humilde que lucha por imponer las ideas liberales en España usando la violencia si es preciso. Sin embargo, su juventud o su obcecación le impiden percatarse de cómo otros lo manipulan para obtener sus fines. Su exaltación lo abocará a la desgracia. Tal vez sea una de las novelas más trágicas de Galdós, pues el fin del personaje simboliza la derrota de las ideas.

      Nazarín, publicada en 1895, pertenece al ciclo de las "espiritualistas" de las novelas españolas contemporáneas. El protagonista es Nazario Zaharín, un sacerdote sencillo y desprendido que se aventura por los caminos para llevar una vida de pobreza tal como dictaba el cristianismo primitivo. En su vagar lo acompañarán dos mujeres de vida ligera que querrán purificarse en su compañía. Sin embargo, no todas las personas con las que se cruzan entenderán el porqué de su actitud y sufrirán escarnio. Es un buen ejemplo de incomprensión y de falsa religiosidad por parte de determinados sectores.

       Los Episodios nacionales seis y siete de la primera serie son, sin duda, los de más contenido histórico, bélico y crudeza y contrastan con el octavo, que vuelve a lo literario y a las historias de amor. En ellos se nos relata el sitio sufrido por dos ciudades: Zaragoza y Gerona. 
      Al final del Episodio anterior, Napoleón en Chamartín, vimos a Gabriel abandonar Madrid. Sus pasos se dirigirán entonces a Zaragoza, ciudad que sufrió dos sitios. En Zaragoza, publicado en 1873, Gabriel nos narra de nuevo en primera persona el segundo sitio de la ciudad que se desarrolló los primeros meses de 1809. Con crudeza, se describe las penalidades pasadas por los habitantes de la ciudad, quienes se resisten a dejar su ciudad en manos de los invasores franceses. El sacrificio humano aumentará a medida que disminuyen los alimentos, se acumulan los cadáveres y se desarrolla una epidemia de fiebre amarilla que diezma aún más la moral local.

      El siguiente Episodio es similar a este, aunque no es narrado por Gabriel Araceli, sino por su amigo Andrés Marijuán, quien se lo cuenta al otro. En Gerona, publicado en 1874, se nos relata el sitio que sufrió la ciudad en la segunda mitad de 1809. Se reproduce una situación semejante a la vivida en Zaragoza, pero tal vez más centrada en cómo la viven sus habitantes, los problemas que surgen con la escasez, el egoísmo y hasta la perversidad que el hambre desata en algunos. Se ensalza la figura del general Álvarez de Castro, quien mandaba a ciudad y se negaba a rendirla. Este hecho solo se producirá cuando el general cae enfermo y sus subordinados ceden tras siete meses de asedio y miseria. Una vez entregada la ciudad a los franceses, estos incumplen lo firmado y se llevan como prisioneros a Francia a los soldados españoles supervivientes, entre ellos al general Álvarez de Castro, quien fallecerá a consecuencia de los malos tratos que le infligen.

      El octavo Episodio también lleva título de ciudad, Cádiz. Publicado en 1874, nos relata Gabriel de Araceli de nuevo la formación y desarrollo de las Cortes de Cádiz bajo el asedio francés. Sin embargo, este Episodio deja en segundo plano los importantes acontecimientos históticos acaecidos en la ciudad andaluza para centrarse en el conflicto amoroso entre Gabriel y su amada Inés. Se trata más bien de una historia de enredo en la que los personajes representan las ideas contrapuestas que se enfrentan en las recién formadas Cortes de Cádiz, a donde acude el público para escuchar los discursos de los distintos representantes. La tradición, representada como siempre por la nobleza, el clero y las personas mayores, se enfrenta a la nuevas ideas liberales en boca de los jóvenes que quieren romper los moldes que los encorsetan.

      Esto es lo que dio de sí agosto. En septiembre, con la llegada del otoño, caerán nuevas hojas de Galdós.

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