lunes, 5 de agosto de 2024

Alias Grace

     Alias Grace es el título de una novela de Margaret Atwood (Ottawa, 1939) publicada en 1996 y por la que ganó el Guiller Prize. La trayectoria literaria de la canadiense se inició desde 1969, pero cobró fama internacional en 2017 cuando fue adaptada a serie de televisión su distopía El cuento de la criada, publicada en 1985 y de la que presentamos reseña en nuestro blog. La novela que nos ocupa, también fue adaptada a una serie en 2017, año en el que fue editada en español por Salamandra con traducción de María Antonia Menini Pagés.
    En el Epílogo del libro, Atwood afirma que «Alias Grace es una obra imaginaria pero basada en una realidad». Esto se debe a que la protagonista, Grace Marks, se convirtió en una de las mujeres más conocidas de Canadá en los años cuarenta del siglo XIX tras ser declarada culpable de asesinato cuando tan solo tenía dieciséis años. Esta fama la alcanzó gracias a la difusión mediática de los hechos a través de la prensa y los estudios que sobre ello se realizaron con posterioridad y que dividieron la opinión pública.
    El 23 de julio de 1843 fueron asesinados Thomas Kinnear y su ama de llaves Nancy Montgomery por dos de sus empleados, James McDermott y Grace Marks, quienes huyeron a Estados Unidos para evadir la justicia de su país. Tras ser detenidos, fueron juzgados en Canadá en noviembre y condenados a muerte; sin embargo, a la joven Grace se le conmutó la pena por cadena perpetua en el Penal provincial de Kingston. 
    Margaret Atwood conoció esta historia tras leer Life in the Clearings (1853), de Susan Moodie, donde describía las instituciones públicas de la zona occidental de Canadá y señalaba las virtudes del Penal de Kingston y el manicomio de Toronto, lugares en los que se acercó a Grace Marks para estudiar su caso.
    Tras leer la versión de Moodie, Atwood decidió investigar más sobre los hechos para sacar sus propias conclusiones, ya que la versión inicial que había leído le resultaba parcial y tendenciosa. A raíz de ese estudio, surge la novela, que no es otra cosa que su propia interpretación de lo que pudo haber sido.
    Alias Grace está dividido en quince capítulos, además de un epílogo de la autora. Cada uno de esos capítulos a su vez está dividido en partes o fragmentos en los que se combinan referencias periodísticas o literarias con la narración de los hechos. Para ello, la autora emplea distintos puntos de vista: habrá un narrador omnisciente en tercera persona que introduce la historia y cuenta lo que sucede con otros personajes, mientras que el relato de la vida de la protagonista será contado por la propia Grace, una narradora en primera persona que contará lo que le convenga o recuerde de lo sucedido, por lo tanto, será una visión sesgada de los acontecimientos. 
    La narración comienza cuando Grace lleva años presa e incluso tras haber pasado una temporada en el manicomio debido a unos ataques que la señalan como demente, lo que justificaría en parte los asesinatos en los que se vio involucrada. Tras este periodo de tiempo, es una mujer conocida y respetada dentro del penal a la que se le permite servir en la casa del alcaide y que será sometido al estudio de un médico interesado por su caso, Simon Jordan. Las entrevistas con este galeno irán relevando los hechos pasados, desde la infancia de la protagonista hasta el propio juicio y su estancia en la prisión.
    No obstante, la historia de Grace se verá rodeada por otras tramas, como la vivida por el joven médico que la trata y otros personajes que la rodean y que tendrán sus propio problemas y complicaciones vitales.
    La pregunta que pulula en todo momento es si Grace Marks es realmente culpable o si una inocente lleva encarcelada demasiado tiempo. Cada cual tendrá su propia opinión y algunas incluso serán contrapuestas.
    Como suele suceder en las novelas de Atwood, se señala las diferencias entre hombres y mujeres, las desigualdades tradicionales y el sometimiento de las féminas a los cánones establecidos; además, cualquier mujer que se salte las normas sociales será censurada, sobre todo por las de su propio sexo, que la verán como una manzana podrida que puede provocar malas influencias den las de su entorno.
    Es esta sin duda una reflexión sobre la sociedad, la justicia y la manipulación que se puede lograr a través de los medios y los intereses de determinados sectores. Margaret Atwood, como siempre, nos hace pensar sobre lo que leemos para interpretar no solo el pasado sino incluso el presente, en el que se suelen repetir conductas.



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