miércoles, 7 de agosto de 2024

Los detectives salvajes

     Los detectives salvajes es la quinta novela y una de las más conocidas del escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido en Barcelona en 2003, con la que obtuvo el Premio Herralde en 1998 y el Premio Rómulo Gallegos un año después. Además, ha sido incluida recientemente por The New York Times en la lista de los cien mejores libros del siglo XXI, al igual que su novela 2666 (38ª y 6ª, respectivamente).
    La obra está dividida en tres partes: «Mexicanos perdidos en México (1975)», «Los detectives salvajes (1976-1996)» y «Los desiertos de Sonora (1976)». La primera y la tercera son el diario en primera persona del joven estudiante de Derecho y aspirante a poeta Juan García Madero, quien relata primero cómo entró en contacto con un grupo poético en la ciudad de México, y en la última parte cuenta sus peripecias en busca de las huellas de Cesárea Tinajero por el desierto de Sonora junto a Arturo Belano y Ulises Lima. Estos dos serán los protagonistas de la segunda parte, formada por una serie de declaraciones de personajes relacionados con ellos que van forjando el mapa de sus vidas durante veinte años.
    Todo el libro es un homenaje a un grupo poético, denominado en la novela realismo visceral, formado por un grupo de jóvenes que buscan reencontrarse con un pasado que nunca hallan y que pretenden crear algo nuevo sin lograrlo. La lucha entre la tradición y el cambio aparece en las páginas del libro, que no está libre de los conflictos que surgen por el contacto entre los personajes: amor, odio, envidias, peleas... Cada uno de los poetas tendrá su propia historia, la mayoría de ellas complejas, y compartirán como hilo conductor su relación con Belano y Lima, quienes recorren diferentes puntos del mundo en busca de sí mismos.
    El deseo de encontrar el rastro de una poeta de los años veinte los arrastrará como una maroma por los lugares más insospechados y los hará coincidir con todo tipo de individuos. Pero como no todo va a ser poesía, encontraremos conflictos sexuales, amorosos y vínculos con la prostitución y el tráfico de drogas. La vida es efímera, la vida es simple y se debe exprimir al máximo.
    Todo el relato está marcado por una fina ironía que irá marcando las entrevistas de los personajes que relatan su contacto con los detectives salvajes que dejan huella allí donde van aunque no quieran. Su cinismo, su visión despreocupada del mundo y la vida impregnará a quienes se acercan a ellos. 
    Esta novela contiene numerosas vivencias del propio Bolaño durante el tiempo que residió en México durante los años setenta, cuando fundaron el movimiento poético infrarrealista. De hecho, se asimila al autor con el personaje de Arturo Belano, mientras que Ulises Lima sería un poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro.
    Son numerosas las referencias a escritores reales, como Octavio Paz, quien incluso aparece como personaje en alguno de los capítulos de la segunda parte. Emplea así Bolaño un juego entre realidad y ficción al introducir a personas como personajes de su obra para darle mayor verosimilitud a lo escrito o para elevar al Olimpo de la fabulación a los seres reales.
     Es esta, pues, una novela de búsqueda, de juego literario y de metaliteratura en la que el autor reivindica el amor a la poesía y a la vida.



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