domingo, 20 de julio de 2025

Los girasoles ciegos

     Los girasoles ciegos es una obra narrativa escrita por Alberto Méndez y publicada por Anagrama en 2004. Tuvo muy buena acogida y fue galardonada con el Premio de la Crítica, el Premio Setenil y el Premio Nacional de Narrativa.
    El libro está compuesto por cuatro partes o relatos denominados derrotas relacionados con la guerra civil española y sus consecuencias sociales o políticas en los individuos. Los cuatro fragmentos siguen un orden cronológico anual.
    La primera derrota corresponde a 1939 y se titula «Si el corazón pensara dejaría de latir». En este capítulo el protagonista es un capitán de intendencia del ejército nacional que se rinde al enemigo el mismo día de la caída de los republicanos. Su rendición resulta sospechosa para ambos bandos, que no entienden sus motivos al borde del desenlace de la guerra, y los suyos lo ven como una deserción por lo que debe someterse a juicio sumarísimo por alta traición. Su final no será como él espera ni sus ejecutores tampoco y la casualidad o la fortuna se aliarán con el reo.
    «Manuscrito encontrado en el olvido» es la segunda derrota, la de 1940. Se trata de un diario escrito a lápiz en un cuaderno por un individuo desconocido que relata las penalidades sufridas en su huida del país. ¿Quién lo habrá escrito y qué lo motivó a ello? ¿Por qué fue hallada en un lugar tan recóndito bajo una piedra y justo a un par de cadáveres? Página a página su autor irá desvelando todas las respuestas a las preguntas iniciales que se hará tanto el narratario como el receptor externo de la historia, salvo la más importante.
    La derrota de 1941 es «El idioma de los muertos». El protagonista de este relato es Juan Senra, un preso que está pendiente de juicio en una prisión nacional. Mientras sus compañeros son condenados a muerte, Senra logra alargar su estancia en la celda al haber coincidido con el hijo del coronel que lo juzga, quien quiere extraer más información sobre él. Las mentiras encubrirán las verdades para salvar su vida y consolar a unos padres desesperados.
    La última derrota, la de 1942, es la más conocida y la que da título al libro, «Los girasoles ciegos». Narrada desde tres perspectivas distintas, construimos el mosaico de una historia a través de la carta de arrepentimiento de un religioso, la voz de adulto de quien fue un niño durante los sucesos narrados, y un narrador omnisciente que rellena los huecos de lo que los otros dos desconocen. La vida que tan bien han organizado el pequeño Lorenzo y sus padres se verá alterada por el interés que despierta este y su madre en un maestro del colegio religioso al que asiste el crío. 
    Aunque aparentemente las cuatro partes son fragmentarias, el lector podrá ir reconociendo las concomitancias que las unen, el hilo que se teje entre ellas y las engarza en un tapiz que recoge la derrota de una sociedad y de una forma de vida que sufrirá las consecuencias de formar parte del bando perdedor.
    En 2008 se estrenó una adaptación al cine con título homónimo dirigida por José Luis Cuerda con guion del propio autor y de Rafael Azcona, por el que recibieron un Premio Goya a Mejor guion adaptado. La cinta fue elegida para representar a España en los Premios Óscar en la categoría de Mejor película extranjera.


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