martes, 6 de septiembre de 2016

Palabra sobre palabra

     El 6 de septiembre de 1925 nacía en Oviedo Ángel González, uno de los principales poetas de la denominada generación del medio siglo o Generación del 50.
     Pertenecía a una familia de clase media que sufrió, como tantas otras, las consecuencias de la Guerra civil (su hermano Manuel fue asesinado, su hermano Pedro huyó al exilio y su hermana Maruja sufrió los "planes de depuración" y no se le permitió seguir ejerciendo como maestra).
     En 1943 enferma de tuberculosis y durante su convalecencia se aficiona a la lectura de poesía. A raíz de ello, comienza a escribir sus propios versos. Estudia Derecho en la Universidad de Oviedo aunque, como él mismo aclaró, "me resigné a estudiar la carrera de Leyes, que no me interesaba en absoluto".
    En 1950 se traslada a Madrid para cursar Periodismo y cuatro años más tarde se hace funcionario al aprobar unas oposiciones de Técnico de Administración Civil del MOP, un trabajo que le parecía tan gris como la España en la que vivía. Por ello, un año después solicita una excedencia y se traslada a Barcelona, donde trabaja como corrector de estilo de algunas editoriales. Así, entra en contacto con Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo y Carlos Barral, a quienes une su amor por la poesía.
     En 1956 publica su primer poemario, Áspero mundo, que había recibido un accésit del Premio Adonais. Ese mismo año retorna a su puesto de funcionario en Madrid, donde entabla amistad con Gabriel Celaya, José Caballero Bonald, Juan García Hortelano y otros poetas de su generación.
   A partir de ésta, se suceden las publicaciones de sus obras: en 1961, Sin esperanza con convencimiento; en 1962, Grado elemental, por el que obtiene el premio Antonio Machado; en 1965, Palabra sobre palabra, una selección de algunos de sus poemas; en 1967, Tratado de urbanismo; en 1968, su poesía completa bajo el título de nuevo de Palabra sobre palabra (del que habrá sucesivas ediciones ampliadas en 1972, 1977, 1992 y 2005); y en 1969, Breves acotaciones para una biografía.
    En 1970 es invitado por la Universidad de Nuevo México, en  Albuquerque, para dar una conferencia. Dos años después se trasladará allí como profesor invitado durante un semestre. Ese mismo años publica en España Procedimientos narrativos. Durante 1973 acude como invitado a las universidades de Utah, Maryland y Texas, para regresar de nuevo a Nuevo México en 1974 como profesor permanente de Literatura Española Contemporánea. 
    En 1976 publica en Madrid Muestra de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan y en 1983 aparece Prosemas o menos. En 1984 le es concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1991 le otorgan el Premio Internacional Salerno de Poesía. En 1992 publica Deixis en fantasma. Un año después se jubila de su puesto de profesor, pero seguirá residiendo en Estados Unidos.
     En 1996 es nombrado miembro de la Real Academia Española y recibe el Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana. Cuatro años después publica 101+19=120 poemas, en el que se reúnen ciento un poemas de su producción anterior, más diecinueve inéditos. Al año siguiente saldrá a la luz Otoños y otras luces. En 2004 recibió el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en su primera edición.
    Ángel González falleció el 12 de enero de 2008 en Madrid. Ese mismo año, y de manera póstuma, se editaría su última obra inédita, Nada grave
    La poesía de Ángel González tiene la huella de su mundo, de los hechos y de los silencios, de sus inquietudes, sus dolores y sus anhelos, reflejo de los momentos complicados que tuvo que vivir. Nos muestra, además, la frustración de la vida, que casi nunca da lo que se espera de ella, mientras el destino urde tramas sin contar nunca con la voluntad del individuo.
    Como él mismo afirmó, "larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas, me acostumbré muy pronto a quejarme en voz baja, a maldecir para mis adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir, el uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. Si acabé escribiendo poesía fue, antes que por otras razones, para aprovechar las modestas habilidades adquiridas por el mero acto de vivir. Pero yo hubiese preferido ser músico, —cantautor de boleros sentimentales— o tal vez pintor. Fui, en cambio, funcionario público."



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