lunes, 30 de mayo de 2016

"Endechas a la muerte de Guillén Peraza"

   Las "Endechas a la muerte de Guillén Peraza" son la manifestación poética más antigua que se conserva en la literatura canaria. 
     Fechada su composición hacia 1447 (aunque algunos críticos señalan que nacieron en 1443), estas estrofas monorrimas de carácter popular lloran la muerte del caballero sevillano Guillén Peraza de las Casas, acaecida durante la conquista de la isla de La Palma ese mismo año, a consecuencia de una piedra lanzada por un aborigen contra la cabeza del malogrado capitán. Se trata entonces de un poema elegíaco, un lamento por el fallecimiento del conquistador, que empezó a circular de manera oral entre los habitantes de las islas hasta que fueron recogidas por escrito entre 1593 y 1604 por el franciscano Fray Juan Abreu Galindo. Se cree que las endechas fueron creadas en la vecina isla de La Gomera, donde, según Viera, fueron enterrados los restos del joven Guillén Peraza.
    Se trata de cuatro estrofas sencillas en las que se muestra la muerte junto con la descripción de la isla en la que esta se produjo. Además, en la última estrofa aparece el tópico literario del ubi sunt (¿dónde están?) muy habitual en la época, con el que se señalaba lo efímero de la vida, como vemos en las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique.

Llorad, las damas, si Dios os vala.
Guillén Peraza quedó en La Palma
la flor marchita de la su cara.
   No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.
   Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.
   Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo?, ¿dó está tu lanza?
Todo lo acaba la malandanza.

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