En 2012 irrumpió en el mundo editorial un jovencísimo escritor, Joël Dicker (Ginebra, 1985), que vendió más de tres millones de ejemplares de su segunda novela, La verdad sobre el caso Harry Quebert.
Este libro, que llegó a España un año más tarde, recibió diversos premios y reconocimientos literarios tanto de la crítica como del público. Se trata de una historia policíaca narrada en tres niveles de tiempo distintos y cuyo protagonista es también un joven escritor, Marcus Goldman. Quienes hayan leído esta obra recordarán que la intriga se mantiene en cada capítulo y que hasta el final no se desvela la tan anunciada verdad.
Este libro, que llegó a España un año más tarde, recibió diversos premios y reconocimientos literarios tanto de la crítica como del público. Se trata de una historia policíaca narrada en tres niveles de tiempo distintos y cuyo protagonista es también un joven escritor, Marcus Goldman. Quienes hayan leído esta obra recordarán que la intriga se mantiene en cada capítulo y que hasta el final no se desvela la tan anunciada verdad.
Antes de esta exitosa novela, Joël Dicker ya era conocido en su país. Había escrito otra, Les derniers jours de nos pères, en 2009 que fue rechazada por varias editoriales. Sin embargo, en 2010 la presentó a un concurso y recibió el Premio de los Escritores Ginebrinos, hecho que despertó la atención tanto por la obra como por el autor, aunque no fue publicada hasta 2012. En 2014 se presentó en España bajo el título Los últimos días de nuestros padres. En esta ocasión, el autor sitúa su historia en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, y la trama gira en torno a unos personajes que pertenecen a la SOE (Special Operations Executive), grupo de espionaje y reconocimiento creado por Winston Churchill en 1940 para luchar contra las potencias del Eje. La novela está bien documentada y narrada, aunque nada tiene que ver con la intriga y ritmo de la otra.
El pasado mes de mayo, Alfaguara puso a la venta El libro de los Baltimore, la tercera novela de Joël Dicker. El autor recupera el personaje de su segunda obra, el escritor Marcus Goldman, para repetir esquema narrativo. De nuevo la intriga se nos presenta desde el Prólogo, y se trabaja en varios niveles de tiempo que además irán avanzando, pero quedan tan claros los saltos temporales que el lector puede seguir con éxito la trama. En este caso, Marcus Goldman utiliza los avatares de su propia familia como tema. Partirá desde el presente (2012), para saltar a 2004 (año en que acaeció el "Drama"), irá narrando desde su infancia hasta el mismo presente e incluso relatará hechos anteriores a su existencia.
El libro está dividido en cinco partes, además de contar con un Prólogo y un Epílogo. La Primera parte lleva por título "El libro de la juventud perdida" y en ella se narra la infancia y adolescencia del protagonista y sus adorados primos de Baltimore (Hillel y Woody) entre 1989 y 1997. La Segunda, "El libro de la fraternidad perdida", relata sus años universitarios y el distanciamiento que surge entre ellos. La Tercera, "El libro de los Goldman", nos lleva a descubrir el pasado familiar, la vida de sus padres, tíos y abuelos, y los conflictos y secretos que existían entre ellos entre 1960 y 1989. La Cuarta, "El libro del Drama", sucede entre 2002 y 2004, periodo en el que se van fraguando los hechos que desencadenarán ese "Drama" que se nos ha ido anunciando a lo largo de las páginas precedentes. La Quinta parte es el "Libro de la reparación", en la que se descubrirán nuevos secretos y verdades sobre el pasado entre 2004 y el presente de la historia, 2012.
La novela está muy bien escrita y consigue crear la expectativa en el lector que se pretendía a priori. Las realidades que parecen establecidas ad aeternam se vienen abajo como castillos de naipes en el momento más inesperado. Nada es lo que aparenta en esta familia. Las diferencias entre los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair son evidentes, pero tras ellas se oculta un pasado que no resulta tan claro. Quienes están por encima de esas desigualdades son los niños, el narrador y sus primos, quienes serán felices durante la ignorancia que concede la infancia, pero cuya unidad también se desestabilizará con la irrupción, cómo no, de una fémina arrebatadora.
Realmente, El libro de los Baltimore no alcanza el nivel de su predecesor, pues La verdad sobre el caso Harry Quebert roza la perfección literaria en tramas de intriga. No obstante, merece ser leída porque tiene mucho que contar y no deja de sorprender al lector con giros inesperados y cambios de ritmo, que lo harán deleitarse con las vidas de los Goldman.
El libro está dividido en cinco partes, además de contar con un Prólogo y un Epílogo. La Primera parte lleva por título "El libro de la juventud perdida" y en ella se narra la infancia y adolescencia del protagonista y sus adorados primos de Baltimore (Hillel y Woody) entre 1989 y 1997. La Segunda, "El libro de la fraternidad perdida", relata sus años universitarios y el distanciamiento que surge entre ellos. La Tercera, "El libro de los Goldman", nos lleva a descubrir el pasado familiar, la vida de sus padres, tíos y abuelos, y los conflictos y secretos que existían entre ellos entre 1960 y 1989. La Cuarta, "El libro del Drama", sucede entre 2002 y 2004, periodo en el que se van fraguando los hechos que desencadenarán ese "Drama" que se nos ha ido anunciando a lo largo de las páginas precedentes. La Quinta parte es el "Libro de la reparación", en la que se descubrirán nuevos secretos y verdades sobre el pasado entre 2004 y el presente de la historia, 2012.
La novela está muy bien escrita y consigue crear la expectativa en el lector que se pretendía a priori. Las realidades que parecen establecidas ad aeternam se vienen abajo como castillos de naipes en el momento más inesperado. Nada es lo que aparenta en esta familia. Las diferencias entre los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair son evidentes, pero tras ellas se oculta un pasado que no resulta tan claro. Quienes están por encima de esas desigualdades son los niños, el narrador y sus primos, quienes serán felices durante la ignorancia que concede la infancia, pero cuya unidad también se desestabilizará con la irrupción, cómo no, de una fémina arrebatadora.
Realmente, El libro de los Baltimore no alcanza el nivel de su predecesor, pues La verdad sobre el caso Harry Quebert roza la perfección literaria en tramas de intriga. No obstante, merece ser leída porque tiene mucho que contar y no deja de sorprender al lector con giros inesperados y cambios de ritmo, que lo harán deleitarse con las vidas de los Goldman.
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