Desde que Federico García Lorca (1898-1936) viajara por primera vez a Galicia en 1916, el paisaje del noroeste español no desaparecería de su recuerdo. Su pasión por la tierra gallega venía impulsado por su gusto por las cantigas, los cancioneiros de los siglos XII, XIII y XIV, los versos de Rosalía de Castro y su admiración por Valle-Inclán, a quien conocía bien. Tal es así, que, a raíz de esa primera visita, el joven Lorca manifestó en un artículo que publicó en 1917: "Se comprende, viendo el paisaje de Galicia, el carácter triste de sus habitantes, que dice de penas, de amores, de imposibles".
martes, 25 de julio de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
El amante de Lady Chatterley
En ocasiones, los escritores se hallan más avanzados en sus ideas o principios que la sociedad en la que viven y a la que dirigen sus palabras, por lo que pueden llegar a ser incomprendidos, censurados o vilipendiados, e incluso sus textos les pueden acarrear penas de prisión o muerte.
viernes, 14 de julio de 2017
Las mujeres escritoras perjudican seriamente la moral conservadora
Cuando doña Anuncia topó en la mesilla de noche de Ana con un cuaderno de versos, un tintero y una pluma, manifestó igual asombro que si hubiera visto un revólver, una baraja o una botella de aguardiente. Aquello era una cosa hombruna, un vicio de hombres vulgares, plebeyos. Si hubiera fumado, no hubiera sido mayor la estupefacción de aquellas solteronas. «¡Una Ozores literata!».
martes, 4 de julio de 2017
Once inicios inolvidables
Todos los manuales de escritores afirman que el inicio de una obra es fundamental para captar y cautivar el interés del lector. Las primeras palabras son capaces de despertar las expectativas o provocar la decepción de quien se encuentra con el texto por primera vez, por ello deben contener un germen que arraigue profundamente en la psique del que se aventure a zambullirse en ellas. Así, los buenos narradores lanzan el anzuelo desde la primera línea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)