Desde
niño ya se le notaban los andares torcidos. Mientras los demás jugaban, leía;
cuando los otros dormían la plácida siesta, exploraba los contornos. Anhelaba
la aventura como precisaba el aire para respirar, y, pese a que los mayores le
intentaban frenar el ímpetu por adentrarse en lo desconocido, eso solo
alimentaba sus ansias de más.
lunes, 13 de mayo de 2019
sábado, 4 de mayo de 2019
La única historia
«¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión».
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