Sale
de su escondite con cierto temor. Avanza con pasos breves y desconfiados por
una tierra seca y yerma. Agudiza sus sentidos ante cualquier posible peligro.
El silencio es tan profundo que sus pisadas resuenan en el infinito. Una luz parduzca
y velada la alcanza, pero no la hiere.
Husmea
el aire; aún se percibe el rastro de la última explosión. Las anteriores fueron
destruyendo una tras otra las ciudades, los países, los continentes. La última
solo fue eso, el fin de la locura que arrasó el planeta. La temida extinción
llegó a todos los rincones sin que muros o puertas pudieran detenerla.
Sin
embargo, ella está ahí. Camina lenta, sin rumbo. Guiada por su instinto busca
algo que se pueda comer. De pronto se detiene. De un arbusto seco brota tímida
una futura hoja.
La
cucaracha mueve sus antenas satisfecha. La vida se resiste a desaparecer.
#Historiasdelfuturo
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