Rosario Villajos se estrenó en el mundo editorial en 2017 con una novela gráfica, FACE, publicada por Ponent Mon. Dos años después, apareció su primera novela, Ramona, gracias al sello editorial Mrs Danvers.
Ramona es una autobiografía ficticia. Narrada en primera persona, la protagonista relata mediante episodios breves de su infancia y adolescencia su propia vida, desde su nacimiento y la elección de su nombre hasta el término de sus estudios y el vacío existencial que esto le provocó. ¿Qué hacer ahora?, será la pregunta que la atormente después de dejarse llevar por el transcurrir inevitable de la vida como un barquito de papel que avanza por un río.
Desde su presente Ramona mira a la niña que fue con una mezcla de ternura y humor. El crecer en un barrio del arrabal en una familia conservadora y tradicional marcará la vida de una cría que no llega a entender del todo quién es y qué hace en este mundo al que no quería llegar.
Los sucesos más tristes y escabrosos son tratados con ironía y una dosis cómica que diluyen ese dolor que lo impregna todo en la vida de Ramona. Dolor de nacer, dolor de vivir, dolor de existir en un mundo en el que no se siente cómoda y la vuelve cínica.
Pero la narradora no solo nos contará sus vivencias, sino también las relacionadas con personas de su entorno y que de una manera u otra llegaron a ella y la condicionaron. La vida es un continuo sufrimiento que hay que superar.
El nacimiento, los primeros pasos, su primer día en el colegio, la menarquia, el primer beso... El yo narrativo parece tener conciencia absoluta, más allá del recuerdo humano posible, de lo que le ha acontecido a lo largo de su vida. Así, nos intenta convencer en la obra: «Tengo buena memoria, incluso para acordarme de cosas que nunca me han sucedido o que deberían haber pasado».
Los odios se mezclan con las filias, los rechazos con la aceptación. Ramona no entiende muchas veces el porqué de lo que sucede y se aísla por propia voluntad al no comprender y no sentirse comprendida por quienes la rodean.
La narración es ágil, desenfadada, fresca. A través de pequeñas píldoras de humor conocemos la vida de una niña que, desde su madurez, hace un recorrido sobre sí misma para conocer y comprender quién es ahora. Este es el camino que la ha convertido en ella, es su ad puella condita.
Conocer a Ramona ha sido un gran acierto. Acércate a ella, no te arrepentirás.
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